Los bomberos tuvieron que derruir totalmente el techo de una
vivienda de la calle Estrella, en el Recinto, después de que
parte de él cayera cuando el único inquilino que la habitaba
se encontraba en su interior. El hombre, de 76 años, tuvo
que ser asistido por los Servicios Sociales de la Ciudad y
trasladado, tras su observación en el hospital, a la Cruz
Blanca.
Una vivienda del número 28 de la calle Estrella sufrió el
derrumbe parcial del techo cuando el único inquilino que la
habitaba, un hombre de 76 años, se encontraba en el
interior. El suceso ocurrió sobre las 21’00 horas. Los
propios vecinos alertaron a los bomberos que acudieron junto
a unidades de la Policía Local.
No había heridos, pero el hombre permanecía, atendido por
los vecinos, sentado en una silla, en la misma puerta de su
domicilio mientras los bomberos terminaban de derruir el
techo del salón donde se produjo el peligroso desperfecto.
El hombre, un jubilado de 76 años, Rafael Sagardoy, muy
querido entre la vecindad, “se ha criado aquí y después de
su vida laboral en Holanda, regresó jubilado”, comentaban
sus vecinos mientras le animaban.
Se encontraba sólo y su situación, tras el penoso suceso,
fue atendida inmediatamente por los Servicios Sociales. El
consejero de Gobernación, conocido el asunto por los
informes de bomberos, alertó a la Consejería de Asuntos
Sociales.
La vivienda quedó inhabitable, por lo que se decidió el
traslado al hospital de este hombre para un reconocimiento
médico antes de que fuese enviado -en acogida- al hogar de
Cruz Blanca del Príncipe Alfonso. Rafael insistía en
regresar a su casa cuando se la arreglaran.
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