‘Anisakis, campaña publicitaria para su prevención’ también
fue presentada ayer por la consejera de Sanidad y Consumo,
Adela Nieto, y el jefe del servicio de Inspección
Veterinaria y Seguridad Alimentaria, Carlos Romero, que ha
dirigido esta iniciativa orientada a informar de sus
obligaciones al sector de la restauración y al ciudadano en
general que guste de consumir pescado crudo o poco cocinado.
La Consejería aplica así el Real Decreto 1420/2006 sobre el
anisakis, un parásito que puede encontrarse en el pescado y
provocar alteraciones digestivas y reacciones alérgicas, a
veces graves.
La enfermedad de la aniasikiasis humana sólo se puede
contraer si se come pescado parasitado crudo o prácticamente
crudo. Sin embargo, comer pescado convenientemente cocinado,
como ha venido haciéndose siempre, no entraña ningún riesgo.
La infestación parasitaria con anisakis simplex, la familia
que predomina en los mares de estas latitudes, sólo afecta a
pescados, cefalópodos y crustáceos, y siempre que sean
salvajes. Esto es, que no procedan de ríos, lagos, pantanos
o piscifactorías de agua dulce, según explicó Romero.
La consejera apuntó además que la prevalencia de la
anisakiasis humana ha ido en aumento en los últimos años,
fundamentalmente por la mayor infestación de este parásito
en las capturas de pescado, la mayor precisión en el
diagnóstico de esta patología y los cambios en los hábitos
alimentarios de los españoles en cuanto a comer pescado
crudo o poco cocinado.
Si uno gusta de los boquerones en vinagre u otros pescados
en escabeche, del sahimi, el sushi o los carpaccios, el
pescado marinado, los arenques o los ahumados de las
especies del arenque, la caballa, el espadín o el salmón,
debe cerciorarse de que han sido congelados previamente a
una temperatura de 20 grados bajo cero o inferior durante
veinticuatro horas. La normativa obliga a los restaurantes
con esta oferta a especificar que han superado este proceso.
Los moluscos bivalvos, las semiconservas, como las anchoas,
o los pescados desecados salados no comportan ningún riesgo.
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