Es ambicioso. Y ese deseo,
legítimo donde los haya, le hace superarse en todos los
aspectos para ser de los primeros de la clase en cualquier
actividad que emprenda. Verbigracia: de él sé de buena tinta
que muy bien podría haber llegado a general de no haber
dejado a un lado la milicia por esa irrefrenable vocación
que tiene de convertirse en político destacado.
El consejero de Hacienda, y nuevo portavoz de los populares,
por lo que he podido averiguar, es político que se ve de
verdad como un servidor público, como cualquier funcionario,
aunque con más responsabilidades y una representatividad
directa que le obliga a dar ejemplo.
Francisco Márquez es de los que no se cansan de decir
que la honradez se le supone a todos los políticos. Eso sí,
tampoco se corta lo más mínimo a la hora de airear que el
que deje de serlo hay que expulsarlo de la política sin
ambages ni rodeos. Lo cual le avala como hombre duro. A
quien ya comienzan a temerle en su partido.
Nunca he hablado con FM. Así que no sé por qué se ha cundido
entre quienes se suelen cundir tales cosas, que yo no le
puedo ver ni en pintura. O sea, que me cae tan mal que mi
aversión hacia él es de las que marcan época. Mentiría si
dijera que desconozco a las personas que le han ido con ese
cuento al consejero. Pero de esas criaturas no hablaré.
De lo que quiero hablar es del momento que disfruta el
hombre que ha salido a la palestra, como portavoz del PP,
por primera vez, para llamarle mentiroso a José Antonio
Carracao. Después de que éste hubiera sido maltratado
por un nefasto editorial y por una entrevista donde un
matrimonio que se atreve a grabar al presidente de la Ciudad
en su despacho, alega en su defensa que semejante acto fue
cometido por ‘el calor del momento’. Y en la que la pareja
dice también que la grabación fue hecha pero sin intención
de chantajear ni pensamiento de obtener algo...
El momento de Francisco Márquez es crucial para que su
carrera política tome los vuelos que él desea. Y por los que
viene luchando denodadamente desde hace ya varios años.
Antes con el GIL y ahora con el PP. Y a fe que sus
posibilidades son muchas para alcanzar lo ansiado. Si bien
debe cuidarse mucho de lo que le voy a decir, por más que
sepa que él, por su reconocida capacidad, está al tanto de
ello. Al político que se le advierte una chispa de ingenio,
un brote de imaginación, una pizca de mala leche... está
poniendo en peligro la oportunidad que persigue.
Vaya pues el consejo: la persona inteligente, cuando hiere
debe saber curar. El proverbio pertenece a un grupo de
mujeres de Fez. Y a partir de esa actuación, seguro que,
como el poder exige garbo y unas condiciones mínimas, la
carrera política de Márquez irá en ascenso. Máxime cuando es
harto sabido que es persona muy bien considerada por
Javier Arenas. Y éste, actualmente, tiene un poder casi
equiparable al de Mariano Rajoy.
Resumiendo: que uno tiene la buena costumbre de no tomarla
con nadie. Y mucho menos con una persona a la que voy a
entrevistar cuando ella lo crea conveniente para preguntarle
por varias cuestiones que han de ser aclaradas cuanto antes.
Porque, si se deja transcurrir el tiempo, ciertas mentiras
pueden cobrar naturaleza de verdad al circular de boca en
boca. Espero verle pronto, consejero y portavoz del partido.
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