Mí abuela, la reina de los
refranes, acostumbraba a decir, cuando alguien se metía
donde no sabía:”zapatero a tus zapatos”. Siempre, a lo largo
de mí vida, me he aplicado este refrán, no metiéndome donde
no se. En aplicación de esta teoría, soy incapaz de recetar
medicamentos a nadie, por la sencilla razón de que no soy
médico. Cosa, por supuesto, que me hubiese gustado ser, ya
que era la ilusión de mi vida, pero mi beca no daba para
tanto, ni los bolsillos de mis padres podrían soportar
semejante carga. Bastaste tenían, con trabajar desde la
cinco de la mañana a las doce de la noche para encontrar,
todos los días, el dinero necesario para darnos de comer.
Por eso, cuando veo los cargos que ocupan algunos personajes
sin más méritos que el señalamiento del “dedatil me da la
risa al ver, en ocasiones, las determinaciones que toman
sobre determinados asuntos de los que no tiene ni p...idea,
pero como son los que mandan, pues todo dios a callar y a
obedecer”. Y cuidadito con llevarles la contraria a
cualquiera de estos personajillos, politiquillos del tres al
cuarto. Puesto que llevarles la contraria, equivaldría a que
usted pase a engrosar las filas del ostracismo político.
Pero no es, precisamente, de la clase política ni de los
políticos en particular de quienes quiero hablar hoy, pues a
pesar de que dan un juego enorme para todos los que nos
dedicamos al menester de juntar letras escribir, todos los
días, de los dimes y diretes de los políticos me cansa y me
aburre por la sencilla razón de que siempre es más de los
mismos, que si tú eres bueno, que aquel es malo y la culpa
de todo la tienes tú.
Aclarado el asunto, de lo quiero escribir hoy es de la
vergüenza ajena que siento, cada vez que veo en los medios
de comunicación, casi siempre en la tele, a personajes
famosos presentando programas, quitándoles el puesto a todos
aquellos compañeros que se han pegado cinco años estudiando
una carrera y que no tienen forma de encontrar un puestote
trabajo acorde con sus estudios.
Manuel Benítez “El Cordobés”, ese que es torero, que dicen
que es hijo del famoso “Cordobés”, está presentando un
programa en una cadena de televisión, quitándole ese puesto
de trabajo a un profesional del medio.
Igual es que al pobre, como no tiene dinero suficiente, le
hace falta ese trabajo para poder comer todos los días. De
vergüenza ajena.
¿Le gustaría a este y a otros toreros famosos, qué nos diera
por crear, igual que se hizo en otro tiempos, a varios
“Platanitos” que se lanzarán a las plaza a torear,
demostrando que torero puede ser cualquiera qué tenga algo
de valor o sea un inconsciente para ponerse delante de un
toro?. Oiga, que como las meigas, haberlos haylos.?
Seguro que todos los matadores, saltarían para decir que el
toro es una cosa muy seria y que no todo el mundo está
capacitado para ponerse delante de un toro. Se armaría un
gran escándalo, con la aparición de estos “Platanitos”, en
el mundo del torero.
Y entonces por qué razón, algunos de ellos se consideran que
están capacitados para presentar un programa de televisión.
Lo que decía mí abuela: “zapatero a tus zapatos”.
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