El fiscal solicita 10 años de expulsión de España para tres
ilegales acusados de un presunto delito de robo con fuerza
en grado de tentativa. En el primero de los casos, los dos
imputados supuestamente forzaron un vehículo para adentrarse
en él; en el segundo, el presunto robo de unas cajas en el
Muelle de Poniente golpeando las bateas.
El representante del Ministerio Fiscal en la ciudad solicitó
ayer la expulsión de España de tres personas indocumentadas
durante un periodo de 10 años, sentadas estas en el
banquillo de los acusados por presuntos delitos de robo con
fuerza en grado tentativa. Una propuesta que sustituiría a
la pena privativa de libertad en el caso de que el titular
del Juzgado de lo Penal número dos dictase una sentencia
condenatoria para los tres imputados.
En el primer procedimiento, los hechos denunciados se
produjeron el 11 de octubre, sobre las tres de la madrugada,
en la avenida Cañonero Dato cuando dos agentes de la Policía
Nacional que circulaban por la zona observaron a dos sujetos
intentando forcejear un vehículo. “Estábamos al otro lado de
la mediana y vimos como uno de ellos tenía en su poder un
destornillador. Al acercarnos, uno estaba dentro y el otro
fuera y nos manifestaron que iban a dormir cuando miramos
que el cristal de una ventanilla estaba roto, con trozos en
los asientos, aunque la cerradura no estaba forzada”,
declaró, en calidad de testigo, uno de los agentes ya que
los imputados no comparecieron en el juicio. La segunda
testigo, reiteró la versión de su compañero y añadió que por
aquellas zona “hay muchos coches abandonados pero ese en
concreto, estaba viejo pero no abandonado, porque no tenía
las mismas características que el resto”, argumentó.
El segundo procedimiento consta del 16 de octubre, sobre las
cinco y media de la madrugada, en la explanada del Muelle de
Poniente. Según lo declarado por uno de los agentes
portuarios, en calidad de testigo, “el Centro de Control nos
llamó diciéndonos que había tres individuos rompiendo una
batea. Entonces acudimos y vimos a tres personas corriendo,
una de ellas el acusado que portaba una caja entre sus
manos”. Por su parte, un agente de la Guardia Civil
manifestó que en la batida realizada “observamos a varios
individuos alrededor de un bidón que al vernos, salieron
corriendo. Dos, llevaban unas cajas en las manos y las
tiraron. Sólo detuvimos al imputado y el resto se escondió
en las escolleras”.
El propio acusado alegó no haber robado ninguna caja y
confesó estar oculto, el día de los hechos, bajo un remolque
“para intentar pasar a la península porque no quiero
regresar a Argelia pero salí corriendo porque pensé que me
iban a detener”.
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