Los analistas políticos coinciden
en señalar a nivel mundial t también en Nueva Guinea-Papua,
que, la ciudadanía necesita ser distraída para desconectar
un poco con la tragedia de la recesión económica. Sobre todo
un pueblo, como el español, que ve espantado como el Gran
Sarkozy y la Inmensa Angela Merkel coinciden en bajar los
impuestos para aliviar la presión en las familias. Las
familias que pagan menos, consumen más. Y eso da trabajo a
los comercios y a las empresas, que ven incrementadas sus
ganancias y pueden pagar a su vez a sus trabajadores y crear
empleo. La riqueza crea riqueza.
Pero en este desdichado país no es así. Sino que aumenta la
presión impositiva, el ciudadano no puede gastar, las
empresas se arruinan y generan paro, con lo que aumenta la
pobreza. Por mucho que se trate de presentar como “virtuosa
y solidaria” la política paternalista y asistencialista de
regalar un dinero miserable y hacer subsistir a base de
subsidios de mierda a familias empobrecidas que no quieren
recibir limosnas, ni que les metan el pescado en la boca,
sino que les proporcionen una caña, les den trabajo y
ganarse la vida con honradez y decencia. Lógicamente, al
vivir en una sociedad donde se trata de erradicar todos los
valores, no está de moda postular ni potenciar
características ancestrales que, los españoles, llevamos
tatuados, como raza, en el ADN y en las pelotas: esfuerzo,
valor, trabajo duro, méritos, excelencia, voluntad,
dignidad, rectitud, disciplina, sacrificio, logros echando
cojones al tema… Valores que, en Francia y en Alemania, se
curran cada día y se celebran como logros inalienables del
Humanismo del que fuimos paridos.
Aquí no. Nuestros gobernantes, aislados de la realidad
social y como diría mi maestro Antonio Burgos, individuos
que pasan del fracaso escolar y de la mediocridad más
absoluta al coche oficial. Nuestros mandamases están
empeñados en costear sus propios jornales y prebendas.
Lean, lean el libro del periodista Daniel Montero “La Casta”
“Derroches y Privilegios inconfesables”. ¿Un detallito? El
Mundo de 18 de octubre refleja “Despilfarro: El Congreso
gasta cada año 160.000euros en regalos navideños.11.000
cargos públicos reciben obsequios por esas fechas, un gasto
que suma al año 2.200.000 euros”. “Nóminas: los sueldos de
los políticos electos (80.000 miembros de La Casta que
llenarían un estadio como el del Real Madrid) cuestan al
ciudadano 720 millones de euros al año, más que el
presupuesto anual de toda la red ferroviaria, tres veces
superior al dinero dedicado a cuidar del patrimonio nacional
y 60 veces más de lo que gasta el país en salud bucodental
para jóvenes” “Vacaciones: Zapatero es el único presidente
de la UE que carga sus vacaciones a las arcas públicas. Con
él van más de cien personas (escoltas, guardias civiles,
asesores…) Cobran una media de 80 euros de dieta diaria,
8.000 euros por jornada sólo por este concepto. Si pasa tres
semanas en Lanzarote, le cuesta al Estado 160.000 euros en
dietas. A eso hay que sumar avión, desplazamientos,
gasolina, manutención… Al final 200.000 euros en
vacaciones”. Y en España no hay un fiscal ni un juez que
“enganchen” ese libro de La Casta y se líen a tirar del hilo
y a dictar autos ¡lástima de buen circo que nos perdemos!. Y
tragedia que aquellos llamados a reformar las leyes que
erradiquen los privilegios, las prebendas, el pozo sin fondo
de los cargos “de confianza” de los recomendados y de los
enchufados, sean precisamente quienes más interés tienen en
que siga este estado inmundo de despilfarro, mientras que,
muchos jubilados y jubiladas, organizados en plan
“Mafioso-geriátrico-nos morimos de hambre” Crean empleo y se
empeñan en la economía sumergida apoyados por redes de
yonkis y engancháos que hurtan articulos de primera
necesidad en los supermercados y los revenden a un veinte
por ciento de su precio a los viejos y todos contentos. Los
viejos comen y los engancháos se meten la paquetilla.
“Impuestos: un ciudadano, por ejemplo, de Madrid, sustenta
con sus impuestos el salario de 27 concejales, 120
parlamentarios de la Asamblea madrileña, 264 senadores, 350
diputados nacionales y 54 del parlamento europeo. En total
815 cargos electos con un sueldo base que supera los 3.000
euros. Y sin contar los puestos de confianza que arrastra
cada uno”.
Pero, no se equivoquen. Los MALOS son los de las
recalificaciones y los de los trajines inmobiliarios. Los de
La Casta son muy honrados, muy decentes y muy listos. Aunque
nos quiten de la boca el pan. Y la manteca colorá.
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