La política es el arte de impedir
que la gente se meta en lo que sí le importa. Del nombre del
autor de la cita créame que no me acuerdo y tampoco tengo
ganas de averiguarlo. Pero la gente en esta ocasión no ha
picado el anzuelo y está dispuesta a gritar desaforadamente
contra quienes no quieren que se descubra la trama que ha
arruinado la vida política de un gerifalte del partido del
cual es usted ya la luz que los guía.
Señor presidente: ayer le decía que existe una trama
dispuesta a acabar con lo que usted representa en Ceuta. Sin
saber que pocas horas más tarde expondrían actuaciones suyas
en esa inmensa plaza pública que es internet. Con el único
fin de denigrar su imagen. Y a fe que esos vídeos colgados
en la red han conseguido que algunos de sus partidarios
estén cavilando sobre si es usted tan cabal como ellos
creían. De los enemigos para qué contarle. Pues, si
pudieran, seguro que lo colgarían en sitio bien visible para
escarmiento público. Y no exagero.
Pero uno debe decir, a pesar de haber visto los vídeos y
esperando ver los siguientes, según anuncian los cobardes
que suelen valerse de tan abominables artimañas para medrar,
que usted, señor presidente, sigue siendo la persona idónea
para ocupar la presidencia del gobierno local.
Señor presidente: lo que digo está avalado por el
conocimiento que tengo de su persona por haberle tratado,
durante tres años, diariamente. Así que conozco los defectos
y virtudes que le adornan. Y, además, estoy cansado de
repetir que nunca tuve la menor pizca de suerte cuando me
tocó tenerle como jefe de cualquier proyecto en el cual yo
estuviera trabajando.
No obstante, debo manifestar que los ciudadanos quieren
conocer a la autora de la grabación y los motivos que ha
tenido para hundir en la miseria a quien hasta hace nada era
su mano derecha. Y no hay otra salida, se lo digo yo que le
tomo todos los días el pulso a la calle, que solicitarle a
la Fiscalía investigación.
Sus enemigos, presidente, que son los mismos que tenía su ya
ex compañero, han tardado nada y menos en dirigir sus
diatribas contra usted. Exhibiendo conversaciones en su
despacho con una pareja que no se cansaba de pedir casa y
empleo y... hasta lo conseguían.
Una situación de la que usted, de un momento a otro, dirá
que estaba haciendo el bien a una familia necesitada y que
todo lo concedido se ajustaba a derecho. Y yo le creo.
Faltaría más. Pero que yo le crea no tiene la menor
importancia. Porque los que tienen que creerle son los
ciudadanos. Y la fe en las decisiones que usted ha tomado
últimamente, señor presidente, ha podido sufrir alguna
merma.
Ahora, a medida que salgan más vídeos contra usted, por obra
y gracia de unas personas abominables, se verá obligado a
actuar con más diligencia. Y es que hay canalladas que no
admiten la callada por respuesta. Y menos del mejor
presidente que ha tenido Ceuta.
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