El alma me pide hablar de la Jura de Santa Gadea, un hermoso
romance de un ilustre caballero que amó tanto a España que
su honor le llevó a ser desterrado por mandato de su
reciente Rey. Pasaje histórico en el que se cruzó aquello de
¡Qué buen vasallo si hubiera buen señor!
Desde los visigodos hasta nuestra monarquía reciente sólo
han cambiado las formas de vestir y el diseño de la espada.
Las pieles de corte vikingo por los trajes de Armani.
Espadas de acero toledano por información en formato
múltiple digital: Objetivo, eliminar al oponente.
Yo, con mi romancero y a la espera de que Vellido Dolfos me
plante cara o pase de largo.
En la España de hoy me sale del alma gritar eso de ¡Viva la
Constitución!
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