Mohamed Alí, a quien he
criticado muchas veces por dar camballadas políticas, ha
acertado plenamente al decirnos que hará un escrito dirigido
a la Fiscalía para que investigue cuáles han sido las causas
por las que se le ha obligado a dimitir a Pedro Gordillo.
El líder de la Unión Demócrata Ceutí, tras consultar con el
hombre en quien más confía actualmente, Juan Luis
Aróstegui, ha tomado una decisión que le alabamos en
momentos donde los ciudadanos están clamando por conocer la
verdad de un escándalo que ni siquiera el tirón de Juan
Vivas puede acallar.
Un escándalo que un medio local trata de que se diluya como
azucarillo en el agua. Tal vez, por qué no, debido a que si
se mete en él la linterna de la claridad judicial, puede que
se queden con el trasero al aire todos los que han
intervenido en lo que es conocido ya como un ajuste de
cuentas entre personas entregadas de lleno a hacer negocios
de baja estofa con algunos gobernantes.
Y, por tal motivo, la petición de Alí se nos antoja más que
necesaria imprescindible. Como imprescindible es que la
Fiscalía decida investigar un asunto que está deteriorando
cada vez más la imagen de los políticos. Lo cual, en una
ciudad pequeña, donde se vive tan cerca de la realidad y de
la vida, las reacciones suelen ser violentas.
Así que arremeter contra la oposición, con escritos en los
que se pretende hacerles ver a la gente que los opositores
intentan sacar rédito de un rumor de los muchos que circulan
por la prensa del corazón, me permite darme cuenta de que
hay alguien muy interesado en que la Justicia no meta las
narices en un asunto que tiene todas las trazas de ser una
trama urdida para acabar no sólo con Gordillo, sino que
también pudiera estar dispuesta a darle matarile político al
presidente de la Ciudad.
No hace mucho tiempo, un individuo que vive pendiente de
cuanto acontece en las alcantarillas de la política, tuvo a
bien ponerme al tanto de algo que se estaba cociendo contra
el gobierno local. Y hasta se atrevió, quizá porque el Rioja
se le había subido a la testa, a darme el nombre de la
persona que estaba dirigiendo el complot para acabar con la
supremacía de Vivas en esta ciudad.
Y, claro, le presté toda la atención del mundo. Pero no por
saber que mi confidente no hablaba por boca de ganso, sino
porque yo suelo prestarle atención a cuanto me dicen. Eso
sí, luego procuro separar la paja del grano. Y puedo decir
que el porcentaje de aciertos es siempre favorable.
Las grabaciones que se le hayan hecho a Pedro Gordillo han
de ser presentadas ante la Fiscalía. Con el fin de que la
persona que las ha realizado pueda decir las razones que ha
tenido para hacerlas y las que le han llevado a entregarlas
para que otras personas obligaran a dimitir al
vicepresidente del Gobierno y presidente del PP de Ceuta.
De no ser así, estaríamos encubriendo un acto de chantaje de
consecuencias muy graves. De momento, la opinión pública
está incendiada. Lo cual propicia comentarios a granel donde
salen a relucir nombres de personas muy conocidas como las
causantes de cuanto ha acontecido. Y no es justo que éstas
personas, por haber usado tales prácticas abominables, en el
pasado, sean señaladas con el dedo acusador. Y para atajar
tan grande mal, el mejor remedio es que la Fiscalía tome las
medidas oportunas.
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