Más de una veintena de libros sobre estrés y ansiedad
sitúan al doctor Sandín en la élite de los expertos en este
tipo de patologías. Ayer habló a los alumnos del curso que
se imparte en la UNED sobre esta temática. Se centró en un
área apenas investigada: el asco, que en su máximo
despliegue inunda de náusea al ser humano que lo sufre.
Mensaje positivo siempre: el estrés, la ansiedad e incluso
el asco, tienen cura. Siempre en mano de profesionales.
Pregunta.- Diserta hoy sobre la sensibilidad al asco. Hay
muchos tipos de asco. Desde a un escupitajo hasta a la
propia sociedad... ¿alguno más grave que otro? ¿a que tiene
más ascos el ser humano? ¿somos cada vez más asquerosos?
Respuesta.- Aún no se ha investigado ni sobre cuál es el
asco más grave ni si somos más asquerosos. Lo único es que
el asco se ha relacionado con una serie de trastornos de
ansiedad y con muchos otros como alimentarios, disfunciones
sexuales e incluso con la propia interacción personal con
otros. Existen fobias, trastornos obsesivo compulsivos
relacionados con la contaminación que tienen implicaciones
graves porque perturban a la gente. Si sientes asco por una
persona se provoca una disfunción sexual. Cosas puntuales no
son tan dramáticas, pero si es verdad que hay ascos que
requieren tratamiento y estudio y que el asco forma parte de
una emoción y debe establecerse hasta qué punto ese asco se
convierte en náusea a prácticamente todo.
P.- Por lo que dice hoy día es peligroso hasta tener
asco. ¿Hay que saber controlarlo?
R.- No, bueno, tampoco hay que alarmarse. El asco es
adaptativo. Es una emoción que está en nuestro repertorio.
Cierto miedo es necesario y es una respuesta emocional
adaptativa y el asco también lo es porque nos previene de
riesgos. Otra cosa es que se generalice a otros contextos y
que derive en ascos que no son nucleares sino más generales.
P.- Siempre reconforta saber que no se es el único que
pisa la delgada línea entre la locura y la cordura...
¿existen porcentajes de la gente que padece ansiedad hoy
día?
R.- La ansiedad siempre ha existido y ahora hay un tipo de
fobias y antes había otras. Quizá hay más estrés por todas
las reestructuraciones sociales que se han sufrido y hoy
sobre todo es el de tipo psicosocial. Existe el de
acontecimientos muy traumáticos como países de África que
están en guerra. Nosotros estamos en una situación
privilegiada pero también hay otros problemas. El porcentaje
es elevadísimo, de hecho todos están sometidos al estrés hoy
en día otra cosa es el grado y como afrontarlo. Hay que
tener recursos para poder afrontarlo y es lo que enseñamos a
los pacientes. Deben hacerlo de forma adaptativa. Pero
realmente hay que dejar claro que lo de que el estrés sea la
enfermedad de este siglo es un tópico, eso siempre se dice.
P.- Muchos lectores querrán leer la respuesta mágica:
cómo se cura y si la cura puede ser definitiva.
R.- Desde la relajación hasta otro tipo de técnicas que se
aplican en función de las características de las patologías.
Calculo que en cuestión de ansiedad un 30 por ciento de la
población la sufre y deben saber que sin ningún tipo de duda
se cura, siempre en manos de un profesional para no correr
el riesgo de que se incremente.
P.- ¿Estrés y ansiedad van irremediablemente unidas?
R.- La ansiedad no es el estrés. Van unidos pero el estrés
puede ir unido a otras emociones. La ansiedad es una emoción
en sí; el estrés puede ir unido a la depresión.
P.- ¿Es débil la persona que sufre esta patología?
R.- Se trata de los recursos que tenga cada uno para
hacerles frente. Hay personas que lo afrontan como un
desafio y otros como una tragedia y hay gente predispuesta a
trastornos que también puede corregirse. La sensibilidad a
la ansiedad es el miedo a los sintomas de ansiedad. Si late
mi corazón o noto mi respiración un poco cambiada me asusto.
Hay gente más vulnerable, pero hay tratamientos. Muchos.
Siempre con profesionales para que no se incrementen.
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