Decía Balzac que la igualdad pudiera ser un derecho pero no
existe poder humano que la convierta en hecho. Algo puede
haber, eso sí, y eso es la educación. De todos los puntos
del mundo han llegado a Ceuta hombres y mujeres que creen en
la igualdad y que a través del arte transmiten con su
espectáculo los valores que deben reinar en este mundo cada
vez más desbocado a su juicio y en el que “nunca debemos
dejar de lado a los niños”.
Del José Acosta al San Daniel, del San Daniel al Mare
Nostrum, del Mare Nostrum al pabellón deportivo La Libertad,
de Ceuta a Gibraltar, de Gibraltar a Corea del Norte y así
pasan la vida los miembros del Island Breeze, inmersos en un
proyecto junto a otras entidades, empeñado en recuperar los
verdaderos valores que mueven el mundo y por eso lo hacen
tan especial. Aleni Rives, uno de los líderes del proyecto,
explica así el objetivo que persiguen desde que se pusieron
a funcionar: “En un mundo tan degenerado como el de hoy la
gente necesita creer en algo. Los hombres están desesperados
buscando razones y nosotros se las mostramos. Desde los más
pequeños a los mayores”.
Educar en valores es sencillo. Simplemente, dicen que hay
que mostrar que lo diferente no es malo. Los más pequeños
juegan con ventaja en este aspecto. Tienen menos miedo a lo
diferente, no acumulan tantas experiencias y prejuicios que
les llevan a temer lo que no es semejante a ellos mismos.
“Todos están aquí por algo y tienen su propio valor y algo
que aportar”, explica Rives. “Los minusválidos también
aunque muchas veces les veamos inferiores...eso no es así y
se lo decimos claramente a los niños: no importa la edad, el
estatus, el sexo, la raza...el individuo en sí es valioso
porque tiene unos valores intrínsecos”.
Island Breeze transmite esos valores a través de la esencia
del Alhoa y el latir de la Polinesia. Es la primer aparte
del espectáculo donde todo parece mágico. La segunda parte
la protagonizan Team Xtreme, integrado por los atletas más
fuertes del mundo que levantan pesos imposibles y
representan el enfrentamiento directo con los problemas
difíciles de la vida. Por último, otra serie de artistas se
mueven en la pista al ritmo de bailes urbanos representando
la verdad en medio de la caótica realidad que nos rodea. En
el Mare Nostrum, los niños les acompañaban con palmadas muy
animados. Contestaban a las preguntas de Rives y pese a
notar la interculturalidad, los artistas del espectáculo
dicen que son como todos los niños del mundo: las mismas
respuestas, las mismas conclusiones y las mismas
necesidades: ser amados y que las diferencias no hacen al
otro ser malo.
Niños y mayores, podrán asistir al espectáculo mañana, el
viernes y el sábado en el polideportivo de La Libertad a
partir de las 21:00 horas para disfrutar en directo de más
de medio centenar de artistas internacionales.
|