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sociedad - MIÉRCOLES, 4 DE NOVIEMBRE DE 2009


centro de salud del tarajal. fidel raso.

sanidad
 

Citan a sanitarios y ex toxicómanos por la seguridad en El Tarajal

La Ciudad Autónoma cree que hay que “normalizar” la unidad de dispensación de metadona del centro de salud
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El personal sanitario del centro de salud del Tarajal y los pacientes ex toxicómanos de su unidad de dispensación de metadona también serán citados por el Ingesa y la Ciudad Autónoma para abordar la cuestión de la seguridad en estas instalaciones sanitarias. La responsable de drogodependencias del Gobierno local, Cleopatra R’kaina, asegura que no adoptará ninguna decisión que perjudique a sus pacientes.

Tanto el Ingesa como el área de drogodependencias de la Ciudad Autónoma quieren contar con todas las partes implicadas en el conflicto de la falta de seguridad en el centro de salud del Tarajal y ya se han realizado movimientos para citar, por una parte, al personal sanitario que atiende el dispensario. Y, por la otra, a los pacientes ex heroinómanos de la unidad de dispensación de metadona, a los que viene culpándose de todos los males.

La responsable del área de drogodependencia del Gobierno autonómico, Cleopatra R’Kaina, subrayó que “se trata de un problema de salud pública”, refiriéndose a la toxicomanía, y “compete a toda la sociedad y no a ningún bando”.

R’kaina recordó en todo caso que los 45 ex heroinómanos atendidos por la unidad de dispensación de metadona viven en esa zona geográfica y tienen derecho a un centro de salud.

Especulaciones

En realidad, al Ayuntamiento ni siquiera tiene constancia de que el paciente que agredió a la doctora por negarse a prescribirle Trankimazín, hecho que motivó la movilización del personal, pertenezca a la unidad de dispensación de metadona.

“Se trata de un problema de todos y debemos asumir que nuestra profesión, porque yo también soy médica, comporta algunos riesgos”, continuó argumentando la responsable del área de drogodependencias de la Ciudad Autónoma.

Uno de los aspectos que más depende de la Consejería de Sanidad es el traslado de la unidad de dispensación de metadona, que fue uno de los compromisos adquiridos con los trabajadores por el director territorial del Ingesa. Pero el Ayuntamiento se muestra renuente a trasladar la unidad demasiado lejos del centro de salud. “No puedo tomar ninguna decisión que afecte negativamente al bienestar de mis pacientes. El programa se creo para acercar el recurso a las personas que lo necesitaban. Alejarlo ahora no tendría sentido”, continuó R’Kaina abundando en la idea.

La responsable autonómica recalcó que, aunque como médica, también quería poder trabajar con seguridad, “los profesionales no podemos ser selectivos a la hora de atender a los pacientes”.

R’Kaina considera muy importante que se escuche también a los pacientes de la unidad porque los altercados se han producido en el centro de salud del Tarajal a cualquier hora, y no sólo cuando se procede a la dispensación de la metadona. “A lo mejor suprimiendo la unidad tampoco se soluciona el problema de las agresiones a médicos en este centro de salud”, añadió.

También apuntó que no se puede culpar a cuarenta y cinco pacientes de la actitud de uno determinado, e insistió en su rechazo a separar el recurso de las personas que lo necesitan.

Por eso se quiere que en la solución definitiva participen todos. De hecho, el Ingesa está todavía pendiente de confirmar un encuentro planificado para mañana jueves con el personal sanitario del centro de salud del Tarajal.

Después le tocará el turno a los pacientes y de todas estas reuniones de trabajo se espera obtener unas condiciones para el centro en las que no se vean lesionados ni la integridad física y psicológica de los profesionales que lo atienden ni el derecho a recibir asistencia sanitaria que pertenece a los pacientes en tratamiento de deshabituación de las toxicomanías.

De hecho, el Ingesa ya está trabajando en el diseño de un dispositivo antipánico en las instalaciones y ha trasladado hasta el dispensario un arco detector de metales que está pendiente de funcionar. Aunque los trabajadores quieren más medidas.
 

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