Me encantaría que un día, al
levantarme y poner la radio, ver los telediarios o leer en
los periódicos que, ese día, no ha sido destapado ningún
caso de corrupción. Pero creo con toda sinceridad, tal y
como está la situación, que eso va a ser poco menos que
imposible. Y es que viendo como está la cosa, en el asunto
de las corrupciones, me viene a la memoria la frase de mí
abuela, esa que decía:”todo aquel que anda con miel, se
chupa los dedos”.
Muchos son aquellos que se asombran al leer o escuchar, cada
día, los casos de corrupción que se van sucediendo de forma
constante. Y en ese asombro, les dan por preguntarse ¿tantos
mangantes hay en este país?. Yo les contestaría a esa
pregunta, diciéndoles más de los que ustedes creen. Porque
la cosa, aunque algunos no lo crean, va a seguir hacia
delante.
Si tengo que decir verdad, esto de la corrupción constante
que va apareciendo, por los distintos pueblos de España, no
me coge de sorpresa. Desde la llegada de la democracia, que
según Churchill es el menos malo de los sistemas, fueron
apareciendo todos los trapas e inútiles sin preparación
alguna que se aferraron al carro del poder y que no lo
sueltan ni con agua caliente.
Son todos esos, a los que describo como a los que en la
tómbola de la vida le dieron la gorra y el pito con mando,
sin tener más conocimiento de política, que la palabra
empezaba por “p”. Y no hablemos del escaso conocimiento que
tenían sobre la derecha o la izquierda. Eso era algo que les
importaba tres pepinos. Ellos iban a los suyo y si no les
admitían en un partido se marchaban a otro. La cosa era
conseguir un puesto.
Y, naturalmente, con esos escasos conocimientos, más que
escasos nulos conocimientos de cultura y política, ya me
dirán que es lo qué se podía esperar de toda esta fauna.
Pues que llegarán los avispados de siempre, le juntarán la
“manteca” y a la “buchaca”, que esto es una merienda de
negros.
Con los años, manteniéndose en el poder, por el sistema de
engaña bobos, se fueron forjando una buenas fortunas,
pensando que jamás les “trincarían”, y que el día que el
personal despertase y se dieran cuenta de a que
personajillos, politiquillos de medio pelo, habían estado
votando, se marcharían a casa, con las alforjas bien llenas,
para disfrutar de la vida que para eso, la vida son tres
días.
Dije y escribí, que deberían pasar tres generaciones, para
que despareciera toda esta fauna de inútiles y analfabetos,
que tanto daño le están haciendo, con sus ideas de “trincones”,
a la democracia.
Una democracia, donde la clase política, como consecuencia
de todo lo que realiza esta fauna de inútiles y analfabetos,
con gorra y pito con mando, cada día tiene menos
credibilidad.
Ahora la corrupción ha saltado en Cataluña y seguirán
apareciendo pueblos de España donde, algunos de los mandas,
también pasarán por los juzgados. Esto no se va a acabar en
un par de días. Va para largo.
Hay otra frase de mí abuela que dice: “Cuando las barbas de
tu vecino veas afeitar, pon la tuyas a remojar”. ¡Que sabia
era!
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