A las nueve y media de la mañana el vicepresidente de la
asociación de vecinos Príncipe Alfonso, Mossid Mohamed,
rodeado de varias decenas de madres, se deshacía en
explicaciones a los periodistas sobre la situación que les
había llevado a la concentración. “Queremos que venga el
director del Ingesa para que nos explique qué pasa aquí”,
exclamaba un tanto acalorado.
La tensión subió varias décimas cuando irrumpió en la
concentración el director de Atención Primaria, Diego
Sánchez, para desmentir taxativamente que la atención
pediátrica careciera de suficiente cobertura profesional en
el centro.
“Dicen que hay cuatro pediatras. Pero yo estoy sin ninguno
desde hace tiempo. Y cuando tengo, al mes se lo llevan y
traen a otro. Llevo sufriendo esta situación mucho tiempo”,
recalcó una de las madres concentradas.
Las explicaciones del director de Atención Primaria apenas
convencían a quienes se había concentrado a las puertas del
centro de salud tras dejar a sus hijos en el colegio. “Lo
que más me revienta es que diga que anteayer (por el
miércoles) había aquí tres pediatras”, insistía Moshin
Mohamed.
Mientras Sánchez les replicaba que “no se les ha informado
correctamente”, algunas madres clamaban: “¡Que salgan los
pediatras!”.
Las mujeres que protestaban no parecían querer atender a más
razones que las derivadas de su propia experiencia en el
centro. Moshin Mohamed llegó a pedir el libro de quejas del
centro al director de Atención Primaria cuando éste se
dirigió a presentar a los tres pediatras con que contaba el
ambulatorio, entre aplausos de las madres congregadas.
“Los médicos están quemados. Esto parece el Tercer Mundo”,
farfullaba otra de las madres, mientras la concentración
penetraba en el centro de salud ante los sorprendidos
usuarios que esperaban en la sala para ser recibidos en
consulta.
El centro de salud se llenó de mujeres ataviadas con velo y
chilaba que gritaban iracundas “¡queremos pediatras!” hasta
llegar a la consulta del fondo, donde los periodistas iban a
entrevistar al especialista en salud infantil que había
ejercido anteriormente como forense, en otro intento por
aclarar lo que estaba sucediendo.
Fue en la consulta de este facultativo donde se vivió uno de
los momentos más tensos. La irrupción en el despacho de
Moshin Mohamed para replicar los argumentos del médico hizo
a éste replegarse sobre sí mismo y el director de Atención
Primaria optó por apartarlo en una habitación paredaña.
Lo que se había convertido en una manifestación por el
interior del centro de salud acabó saliendo de manera
pacífica. Hasta que la reunión del responsable del Ingesa
con los dirigentes vecinales aplacó los ánimos.
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