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OPINIÓN - MARTES, 27 DE OCTUBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

¡No es un gueto!
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

La información recibida pudo ser tergiversada y, movido por un intento de resolver la presunta problemática existente en el centro denunciado, ha cometido un lamentable error. El centro denunciado, lo es por ser un “gueto”, un centro de “moros”, en el más amplio sentido despectivo.

El centro educativo en cuestión es el “Andrés Manjón” de Educación Infantil y Primaria. Entiende el denunciante, que el mismo, en el amplio sentido de la palabra, según la RAE “es un barrio o suburbio en que viven personas marginadas por el resto de la sociedad”, y, además, despectivamente, habitado exclusivamente por “moros”. En este caso, también, recurriendo a la RAE, “por naturales del África septentrional, frontera a España. También “el que profesa la religión islámica”. En este mismo sentido se pronuncia el desaparecido académico Fernando Lázaro Carreter. Lo que ocurre es, que el denunciante lo utilizó en el más amplio sentido despectivo.

Lo curioso del caso es que los alumnos que existen en este centro educativo todos son españoles, aunque por su religión también son moros. Pero como sabemos que el término, en general, no agrada, al considerarlo despectivo, por su religión se utiliza el término musulmán.

Pero, dejando al margen los términos mal empelados por el representante del grupo político, creo que “jefe de la oposición”, en el Parlamento local, el centro en cuestión no es ni sombra de lo que ha querido denunciar. Hoy por hoy, es uno de los Centros mejor evaluado, dentro de la red de nuestra enseñanza pública. De los mejores dotados y responsables profesionales que se superan continuamente.

A mí me tranquilizó la serenas y certadas palabras de la Presidenta de la Ampa, musulmana, no sospechable de nada, en el sentido de “que el centro no tiene problemas porque el mayor porcentaje de alumnos sean musulmanes”, que el trato que reciben es exquisito, no discriminatorio.

Si seguimos con los mismos argumentos que el denunciante, ¿cuántos centros educativos locales, serían tratados de la misma manera? En nuestra ciudad hay varios que por razones obvias, que no son otra que, en principio, la proximidad del centro a su domicilio. Lo que si había que tener muy presente es que la adjudicación de plazas se realizara siguiendo estrictamente las normas establecidas, y que cada alumno sea matriculado en el centro que le corresponde, porque a esa prioridad, proximidad al centro, hay que añadir números de hermanos en el mismo centro elegido, familia numerosa, minusvalía, … llegando, a ser posible a la llamada “situación aúrica”, es decir, que cada centro dispusiera, al menos, la mitad de alumnos musulmanes y la otra mitad de otras creencias.

Si ello fuese posible, la convivencia entre ellos sería un logro meritorio, porque aquí, en nuestra ciudad se habla y no se acaba de las buenas relaciones entre las cuatro culturas –de momento, pero lo deseable sería que se consiguiera entre las dos culturas mayoritarias, musulmana y cristiana. Y el mejor escenario es la escuela, como lugar de formar a buenos ciudadanos. Puede ser una utopía, pero la inclusión de las familias es fundamental para que no se hable de “gueto” ni de “moros”.

He estado recordando las vivencias recogidas en mi libro “Un antes y un después”, referidas a las actuaciones de un buen grupo de antiguos alumnos, en el emblemático colegio “Convoy de la Victoria”-perdón, hoy, “Santiago Ramón y Cajal”-, prototipo de convivencia entre musulmanes y cristianos, en las décadas de los setenta y ochenta, que refieren actuaciones ejemplares de esa referida “situación aúrica”.

He seleccionado algunas de las manifestaciones recogidas en el libro ya citado:

“Mi trayectoria escolar primaria transcurrió íntegramente en el “Convoy”. Nuestro centro era un lugar de convivencia, donde no existía ningún tipo de discriminación. Sólo la Religión nos separaba, con un gran respeto y tolerancia. Yo llegué a conseguir unos amigos y amigas maravilloso y maravillosas: Reduan, Buskri, Mª Eugenia, Mª Joaquina,… (Turía Abderrahaman).

“Toda mi escolaridad obligatoria, la E.G.B., la realicé en el “Convoy”. Nuestro Colegio, en mis tiempos, era un centro donde todavía se respetaban a los profesores y se respiraba un clima de sana convivencia. En las clases de Religión, cuando aún no se había introducido la clase de Ética, yo, lo mismo que otros compañeros musulmanes, permanecíamos en el aula” (A. M. Buskri).

“El conjunto, profesorado-alumnos, formábamos un grupo con nuestras virtudes y defectos, sabiduría e ignorancia, pero portadores de un conjunto de valores, desaparecidos en la actualidad. Destacaba el respeto a nuestros profesores, a nuestros mayores y a toda la sociedad”. (J.J. Dale Machuca).

“Una etapa de mi vida que no olvidaré. Se respiraba un ambiente de clara convivencia, de respeto mutuo, de poner en práctica los grandes valores para que una sociedad pueda funcionar bien. Y no me quiero olvidar de mis compañeros y compañeras, grandes amigos y amigas: Antonio Hormigo, Isabel Contreras, Saida, Malika Abdeselam, Nayim” (Naima Mohamed Mohamed).

“Creo que me marcó mucho la convivencia y la integración de las dos principales culturas de la ciudad, por el respeto que teníamos los unos a los otros. Creo que los profesores que teníamos tuvieron que ver en nuestra formación y la integración de valores importantes” (Mohamed Alí (Nayim).

Eran otros tiempos. Pero, por mucho que hayamos retrocedido, un centro escolar, apoyado en su proyectos educativos, jamás recibirá la categoría de “gueto”.
 

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