Está visto y comprobado que a
falta de algo mejor que hacer, con la que está cayendo, hay
señores que se dedican a cambiar las fiestas más
tradicionales del pueblo español, apoyándose en el asunto de
la laicidad de este hermoso país.
Este cambio es más propio de una obra de Ionesco, con sus
esperpénticos temas, que de un cerebro cuya capacidad esté
dentro de la más pequeña de las normalidades.
Ahora se les ha ocurrido, en un alarde de desarrollo
intelectual, que la fiesta de Navidad pase a llamarse
“fiesta de invierno” y las de Semana Santa “fiesta de la
primavera”.
Sin duda alguna hay que inclinarse, ante tan intelectuales
pensadores que, en un larde de facultades mentales
superiores a la de cualquier humano, han llegado a esa
conclusión. No tengo más remedio que sentir toda la
admiración del mundo mundial, ante estos genios que ha dado
Cataluña.
Qué se consigue con ello, si se mantienen los mismos días,
en ambas ocasiones. Cuál es la ventaja que aporta este
cambio de unas tradiciones cuando es sabido, que todos los
pueblos que olvidan sus tradiciones, están perdiendo parte
de su historia.
No sería mejor qué todos estos grandes pensadores,
auténticas lumbreras intelectuales del pueblo catalán,
aportaran sus ideas para salir de la crisis que estamos
padeciendo y conseguir que no vayan a la cola del paro, esos
miles de catalanes que están a punto de ingresar en ella.
Quizás no estén en condiciones de dar o buscar alguna
solución, porque sus inteligencias superdotadas, no puedan
dedicarla a estas nimiedades como son la crisis y el paro.
Las dedican a querer cambiar unas tradiciones centenarias,
para darles nombres nuevos que, en definitiva, nada aportan
a la sociedad.
Porque, por muchas vueltas que se le dé, quisiera que
algunos de esos genios de la intelectualidad del mundo
mundial, me dieran una explicación de cuáles son las
ventajas que esos cambios de nombre, a unas fiestas
tradicionales, pueden aportar a la sociedad catalana.
Que a estos representantes del pueblo se les pague una buena
cantidad para que dediquen su tiempo, un tiempo que pagamos
tofos los españoles, a perderlos en chorradas, me parece una
tomadura de pelo la pueblo catalán que, por cierto, según
manifestaciones realizadas a distintos medios de
comunicación, ni entienden estos cambios, ni les parece bien
que se realicen.
Creo, con toda sinceridad, que ante tal despliegue de
intelectualidad, los pensadores, de semejante asunto, se
deberían presentar al programa “Tú si que vales” que,
seguramente, se llevarían de calle la consecución del primer
premio dotado con cien mil euros, por sus grandes humoradas.
Bueno dejarían con la boca abierta a mis amigos “Los
Morancos” que, por cierto, forman parte del jurado. Es más,
estoy por casi asegurar que César y Jorge, les pedirían se
sumasen a su grupo de guionistas para próximas parodias en
los escenarios.
De vedad, con los grandes problemas que tenemos, cómo es
posible que se pierda el tiempo en chorradas.
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