Aunque el buque-tanque deposita cada día 8.000 metros
cúbicos de agua en los embalses de Ceuta, sólo tres mil de
ellos son aportados a la red de abastecimiento de la ciudad,
por lo que los pantanos de El Renegado y El Infierno están
recuperando reservas para hacer frente a posibles
situaciones en el futuro.
El agua trasladada cada día desde Algeciras en el
barco-aljibe contratado por la Ciudad Autónoma ha venido a
sustituir la aportación diaria que anteriormente hacían los
embalses del Renegado y el Infierno a la red de suministro
de la ciudad.
Así, aunque el buque-tanque evacua cada jornada en los
pantanos ceutíes 8.000 metros cúbicos de agua, sólo 3.000 de
ellos se destinan al consumo diario de la ciudad, que en
términos generales vuelve a situarse en los 30.000 metros
cúbicos.
En consecuencia, la desaladora sigue aportando más del 73
por ciento de los recursos hídricos que consume Ceuta cada
día. O lo que es lo mismo, 22.000 metros cúbicos de agua.
Los 5.000 metros cúbicos que se importan a diario y que no
se consumen quedan en la reserva de los embalses para hacer
frente en el futuro a cualquier eventualidad o emergencia en
materia de suministro.
De esta manera, los embalses del Renegado y el Infierno, que
se habían situado casi al límite de su reserva estratégica,
cifrada en los 180.000 metros cúbicos de agua, han empezado
la senda de su recuperación.
Más de 230.000 metros cúbicos reposan ya en los embalses de
Ceuta para tranquilidad de las autoridades y los ciudadanos.
Si en el periodo de mayor carestía las reservas de los
embalses bajaron a la irrisoria cantidad del 7 por ciento de
su capacidad total, pocos días después, gracias a las
aportaciones que se están haciendo transvasando agua por vía
marítima desde la otra orilla del Estrecho, El Renegado y El
Infierno ya han superado el diez por ciento de su capacidad
total.
De hecho, como informó este periódico, antes de que llegara
el buque-aljibe las reservas de agua de la ciudad llegaron a
un límite que El Gobierno autonómico se vio obligado a
reducir el suministro diario en 7.000 metros cúbicos, lo que
explicaba las restricciones en el abastecimiento a que se
vio abocada la sociedad ceutí.
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Para tener agua 24 horas al día hubo que añadir 10.000 m3
Ceuta no siempre consumió tanta
agua y la desaladora no siempre tuvo que aportar los mismos
metros cúbicos en términos absolutos. No sería hasta que se
ampliara el suministro de agua a las veinticuatro horas del
día que la hoy ciudad autónoma empezó consumir por encima de
los 20.000 metros cúbicos diarios con los que se abastecía
hasta 1998. Con anterioridad a esta fecha, la red sólo
suministraba agua a los hogares, empresas y servicios
públicos ceutíes de siete de la mañana a tres de la tarde.
El resto del día, la mayoría de la sociedad tenía que
arreglárselas con métodos tan extendidos en la ciudad como
disponer de aljibe propio en los edificios.
En todo caso, incluso en este tiempo, los embalses aportaban
mayor cantidad de agua a la red de abastecimiento. Sólo
15.000 metros cúbicos de los 20.000 consumidos procedían
entonces de la desaladora. Los otros 5.000 los aportaban El
Renegado y el Infierno. Ahora que el barco aljibe garantiza
el abastecimiento sin penurias de la ciudad se impone una
conciencia de uso racional de los recursos hídricos
disponibles. Según los expertos, cualquier consumo que
supere los 400 litros de agua diarios por habitante habría
de considerarse demasiado elevado y poco sostenible para las
infraestructuras acuíferas de la ciudad. De esta manera, las
necesidades de la ciudad vienen a corroborar lo perentorio
que resulta la ampliación de la capacidad de la desaladora y
reducir las fugas agua, que se situán actualmente en el 30%
del suministro, al 15%.
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