P ropongo solucionar el tema del agua en la ciudad a través
de la militarización del servicio. La solución es fácil:
podríamos poner al frente de la Unidad de ACEMSA al teniente
coronel Don Francisco Márquez (Pacomárquez) que podrá
vestirse de civil cuando ejerza como consejero de Hacienda.
A cambio Doña Yolanda Bel dispondría de tiempo suficiente
para estudiar qué técnico tendría que dimitir sin que los
periodistas la aburran continuamente preguntándole semejante
nimiedad.
Como ropa de servicio los trabajadores de ACEMSA tendrían el
uniforme de la UME (Unidad Militar de Emergencia), esa cosa
civicomilitar y pretoriana del presidente Zapatero que para
distinguirse de la de Madrid en el caso de Ceuta sería la
UME2, es decir los húmedos. Más claro, agua. Tampoco sería
necesario cambiar las letras ACEMSA que, a partir de ese
momento, significaría lo siguiente: Aguas Ceutíes En Manos
Solventes y Acuarteladas. Además sería motivo de orgullo y
satisfacción para el equipo de Gobierno proponer a los
“húmedos” que tengan una vez al año su arriado en la
Comandancia General.
Hasta aquí todo chupao. Uno de los puntos difíciles sería el
pago de la deuda que los “humedos” tienen con ellos mismos y
con el resto de ciudadanos a la que habría que buscar una
solución ante el nuevo estatus. Propongo lo siguiente:
instrucción, instrucción e instrucción durante tres meses
con una caja de válvulas de acción directa sobre el hombro y
desfiles de tres en tres (con los más pequeños atrás) hasta
conseguir el consiguiente perdón de los pecados materiales.
Las ventajas de la nueva situación serían considerables.
Entre ellas que el propio teniente coronel, Don Francisco
Márquez, podría volar con su helicóptero modelo Bell 204
sobre el pantano y tener valoraciones directas sobre la
situación. En el tema de la desaladora, tres cuartos de lo
mismo pero a pie.
Dicho todo esto sería necesario reformar la Constitución en
el Artículo 8 referente a las Fuerzas Armadas donde dice que
“tienen como misión garantizar la soberanía e independencia
de España”, y que pasaría a decir que “tienen como misión
garantizar la soberanía e independencia de España y el
suministro de agua donde haga falta”.
Fuera de toda ironía, el consejero Francisco Márquez ha
sabido ponerse al lado de la ley y su postura en este asunto
es encomiable además de ejemplarizante.
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