Primero la que nos traen de
Algeciras, con lo que antes de que hayan llegado los
chaparrones, o más que chaparrones, de estos días, ese
fantasma que se cernía sobre los grifos vacíos, podemos
decir que está pasando ya a mejor vida.
Naturalmente había que pasar el correspondiente análisis de
ese agua trasportada desde el otro lado, y es que Juan
Vivas, que ya era funcionario del Ayuntamiento entonces, no
quiere que a este borrón que le ha caído por la negligencia
o ineptitud de quien haya sido, no quiere, digo, que le
coloquen aquello que se le dijo al primer alcalde de la
democracia en Ceuta, cuando parte del agua que se trajo del
otro lado del estrecho tenía sabor, o más que sabor, a
petróleo.
El laboratorio dio su beneplácito, con lo que se permitió al
“Sichem Orchid”, un buque aljibe, descargar su líquida
mercancía.
Tras este primer viaje, el buque aljibe vació sus tanques en
los pantanos de Ceuta, más de 8.000 metros cúbicos.
Una vez pasado el análisis del agua, a partir de ahora, ya
podrá vaciar nada más llegar en cada viaje, sin ningún otro
tipo de control.
Antes, pues, de que llegara ningún chaparrón, el conocido
pantano del Renegado empezó a acrecentar sus reservas. El
buque aljibe, parece que sin problemas, pudo vaciar esos
8115 metros cúbicos de agua que se habían trasportado, desde
el embalse del Guadarranque, en Algeciras.
El traslado del agua se hizo al pantano del Renegado, a
través del Azud del Infierno, y de momento, en contra de lo
que más de uno pensábamos que podría ocurrir “sin ningún
contratiempo”.
Mejor así. Las cosas, por tanto, empiezan a cambiar, después
de que a lo largo de muchos días, haya habido más de uno al
que “no se le arrimaba la ropa al cuerpo”, por aquello de
que no llovía y el agua se iba terminando para los servicios
que tenían que darse.
A partir de ahora, al menos, de momento el “Sichem Orchid”
hará viajes constantemente, atravesando el estrecho, para
transportar, en principio, durante un mes 250.000 metros
cúbicos de agua, salvo que las lluvias, a partir de ahora,
comiencen a caer, hagan correr los arroyos, se llenen los
pantanos y así se eliminaría este transporte.
No va a poder decir Juan Vivas, con esto que se le ha
arrimado a las arcas municipales, que han venido “los Reyes”
por anticipado, y es que esos 747.500€ que van a costar
estos transportes, se van a notar favorablemente en algo que
no puede faltar, eso es cierto, pero también quedará la
falta en otras áreas en las que, es de suponer, que tendrían
un buen acomodo.
Además, y esto creo que lo tienen muy claro en la Ciudad
Autónoma, esta no es una solución definitiva, esta será, a
lo sumo, una solución de emergencia para cubrir un
“descuido”, o más que un descuido, pero que a partir de
ahora, esas “fuentes”, y nunca mejor utilizada la palabra,
tendrán que dar el agua necesaria, especialmente en tiempos
de sequía, además de que ciertos despilfarros, por tuberías,
no siempre en las mejores condiciones, deberán cuidarse al
máximo.
Y es que, con todos los respetos para algunos organismos y
para los expertos en la materia, lo sucedido ahora debería
ser el punto final, tras los gastos multimillonarios de los
últimos años, en unas infraestructuras que deberán y podrán
evitar estos gastos extras en los que nadie pensó, pero que,
a la chita callando, van a costar 747.500€. La propina no es
de risa.
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