Coincido con Felipe Escane
en la Avenida del Alcalde Sánchez Prados. Y, aunque de este
encuentro hago mención en la miscelánea semanal, no me
resisto a contar lo que hablamos en nuestro encuentro
casual. Lo primero que hizo el presidente de la Asociación
Deportiva Ceuta, tras pararse conmigo, fue sonreír y decirme
que lo hacía para que yo no volviera a tacharle de hombre
triste y en todo momento dando la impresión de estar muy
preocupado.
Ni que decir tiene que sus palabras eran amistosas. O sea,
carentes de doble intención. Con lo cual nuestra
conversación, breve pero sincera, permitió que el
intercambio de impresiones fuera más que cordial. De modo
que me fue posible, decirle una vez más a FE, que yo no
suelo hablar de cuestiones técnicas del primer equipo de la
ciudad. Pero, en cambio, si algún directivo mira hacia atrás
con ira, puede que casi siempre me encuentre. Le recordé,
sin embargo, la metedura de pata de Carlos Orúe,
entrenador que aún no se ha disculpado por declarar que en
Ceuta se aburría soberanamente. Y le hice saber que, desde
que me retiré del fútbol, nunca he dejado de pagar mi
tribuna cuando he ido al Alfonso Murube. Y otras cosas que
prefiero silenciar.
Apenas me había despedido de Escane cuando me topé con
Vicente Matoso. A quien hacía un mundo que no veía. Y
decidimos tomar una copa mientras íbamos recordando cosas
del pasado. De ese pasado que en bastantes ocasiones nos
tocó vivir juntos. Tanto en los campos de fútbol como,
posteriormente, en la empresa donde ambos prestamos nuestros
servicios durante muchos años.
A Vicente, deportista y árbitro destacado que se quedó
siempre a las puertas de un ascenso a Segunda División A más
que merecido, le felicité por los éxitos deportivos que
viene obteniendo su hijo. Y él me contó cuestiones
relacionadas con el extraordinario momento que está viviendo
el waterpolo de Ceuta. Destacándome la buena labor que viene
desarrollando el primer técnico de un deporte que parece
estar hecho a la medida de los niños ‘caballas’.
Con Vicente era imposible charlar sin que surgiera el
momento actual del fútbol español y las causas por las que
el Madrid, por ejemplo, no acaba de cuajar como conjunto. Y,
claro, me pudo la tentación de darle el mitin a Matoso
acerca de lo que uno ha venido diciendo durante la
pretemporada, entre conocidos, y hasta creo haber reflejado
en algunos de mis escritos.
Mira, Vicente, aunque a mí no me gusta opinar de fútbol en
la columna, te explicaré algunos detalles que pasan
inadvertidos para la mayoría de técnicos y periodistas y que
deberían haberlo reseñado antes o después. Pellegrini
no debió prescindir nunca de Heinze: jugador experto,
zurdo, aguerrido y adaptable a lateral y zaguero central. Y
ahora carece de contundencia en la banda y ha de usar
centrales que son diestros y flaquean en los cruces a la
siniestra. Amén de que no sacan la pelota bien jugada.
El entrenador del Madrid está pagando caro el buen cartel
que tiene Xavi Alonso en los medios de difusión.
Porque le destacan sus tres o cuatro cambios de orientación
y no se fijan en que defiende poco y mal. Y el equipo está
notando el que Lass, unos metros adelantados, no
pueda hacer a sus defensores las ayudas y coberturas que
tanto han venido agradeciéndole. De Negredo también
opiné. Pero era ya cuando Vicente Matoso se iba...
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