Si hace unos días nos veíamos obligados a salir en los
medios de comunicación locales para protestar por la
indefensión en la que nos encontramos los trabajadores del
Centro de Salud del Tarajal, hoy, y muy a pesar nuestro,
tenemos que volver a denunciar un nuevo acto de vandalismo,
esta vez contra nuestros vehículos.
En el día de ayer, y suponemos que por un “paciente” al que
no se le facilitó la receta de psicótropo que exigía (ayer
fueron cuatro o cinco), nueve de nuestros vehículos fueron
rayados de extremo a extremo cuando se encontraban
estacionados en el aparcamiento interior de nuestro lugar de
trabajo.
Pasamos por tener que utilizar nuestros vehículos para
realizar los avisos domiciliarios. Y ello a nuestro coste.
Pero si además esto supone que nuestros vehículos queden al
albur de cualquier vándalo que no representa a nadie, nos
veremos obligados a tomar la decisión de desplazarnos a
nuestro lugar de trabajo en transporte público, y los avisos
domiciliarios tendremos que realizarlos a pié. Con la merma
en la calidad asistencial que ello supondría.
No queremos que las autoridades sanitarias nos pregunten qué
solución le vemos. Exigimos que ellas nos den la solución.
Es su trabajo. Como el nuestro es atender a los pacientes
con el máximo cariño, dedicación y paciencia.
La misma que algunos “pacientes” no tienen.
Insistimos en que no queremos ser noticia.
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