No tirarme bocadillos de jamón,
que me voy a mosquear”. Era el estribillo de una chirigota
gaditana que, por cierto, alcanzó un gran éxito. Estrillo
del que me apropio para cantarlo, cuando vuelvo a cometer un
acierto pleno. Y es que, como decía la sabia de mí
abuela:”Sabe el diablo más por viejo que por diablo”. Sin
duda alguna otro gran acierto de los refranes o las frases
hechas que me decía mí viejita del alma.
La universidad de la vida, esa que te enseña lo que jamás
aprenderá en ninguna otra universidad, más los años que vas
cumpliendo, forman el complemento perfecto, para que sin ser
profeta, adivino, ni nada parecido, seas capaz de adivinar
lo que va a pasarle a cualquier personaje en cuanto éste
dice que va a formar una alianza con otro personaje, en el
mundo de la política.
Por ese acierto es por lo que, de nuevo, he empezado mí
artículo con el estribillo de la chirigota gaditana. Porque
una vez más, y no se cuántas van, he acertado de pleno lo
que iba a pasar con, esa alianza entre la UDCE y el PSPC.
Esto acierto se podría tomar como un “farol”, si no fuese
porque desde el inicio de esas conversaciones, mantenida por
ambos partidos, no hubiese escrito un artículo diciéndole,
al líder de la UDCE, cuanto le iba a ocurrir con semejante
alianza.
Le avisé que le irían comiendo terreno, hasta conseguir
dejarlo a un lado, pintando menos que el menda en la capilla
Sixtina. ¡Que ya es pintar poco!.
No tenía duda alguna, de lo que iba a pasar, porque estaba
más claro que el agua. Por eso, por la claridad de cómo
estaban las cosas, es por lo que decidí escribir ese
artículo al que, por supuesto, Alí, no hizo el menor caso.
La cosa empezó a tomar forma inequívoca de lo que iba a
ocurrir, en cuanto, Alí, decidió darle, a sus supuestamente
aliados, cargos para que entrasen en las sociedades
municipales, olvidándose de que en su lista, en esa lista de
los veinticinco que la conformaban había personas esperando
una oportunidad de tener un cargo. Error monumental el
cometido por le líder de UDCE. Y los errores en política
tienen un alto precio.
Por eso al leer la entrevista que le realizó mi compañero,
Gonzalo Testa, comprendí en el estado de ánimo que estaba
Alí, dispuesto a tirar la toalla y dar paso a alguien que lo
hiciese mejor que él.
Daba la imagen de un hombre derrotado, que había perdido
toda la ilusión en lo que estaba haciendo y que, por
supuesto, estaba deseando que acabase la legislatura para
volverse a casa, olvidándose de su aventura política.
Decía la sabia de mía abuela que: “más vale sólo que mal
acompañado”. Una verdad como un templo y que, Alí, no supo
entender en ningún momento, en la creencia que esa alianza
le iba reportar unos grandes beneficios políticos cuado, en
realidad, sólo le ha reportado, tal y como le avisamos, los
más negativos de los beneficios, incluso su deseo de
abandonar. Claro que tampoco va a reportar beneficio a sus
aliados, pues nunca podrán contar con los votos de los
seguidores de Alí.
“¡¡No tirarme bocadillos de jamón, que me voy a mosquear!!”.
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