Los padres de un pequeño de 8 años han denunciado
públicamente de manera amarga la impotencia que sintieron al
intentar evacuar a su hijo de las instalaciones del 54 el
pasado domingo cuando el niño, que jugaba en el fondo donde
se ubican los servicios mientras se disputaba un encuentro a
las 15’00 horas, se desvaneció y perdió el conocimiento. Los
progenitores del pequeño quieren criticar varios aspectos
para que las autoridades que correspondan tomen nota y
acometan las medidas oportunas para evitar casos similares.
Una odisea
En primer lugar, mientras el niño se encontraba inconsciente
fue atendido, afortunadamente, por un médico que se
encontraba en el campo por ser miembro del ‘Natación’, club
que jugaba a continuación. Igualmente fue atendido por la
ATS de la instalación, aunque pese al empeño, la sanitaria
no contaba con material necesario para casos tan graves como
éste.
Pasaban los minutos y el traslado al hospital era más que
urgente. No había camillas. La puerta más cercana donde se
encontraba el pequeño (la del fondo de la antigua Casa Lola)
estaba cerrada a cal y canto y nadie parecía tener las
llaves.
El padre, Francisco Carrasco (entrenador del Ciudad de
Ceuta) tuvo que llevar al pequeño en brazos y recorrer los
más de cien metros de longitud del campo que le distanciaban
la puerta del otro fondo. “Unos minutos que son vitales en
estos casos y que podían haber supuesto una situación
irreversible”, consideró Carrasco quien solicitó medidas
para que esa situación no vuelva a repetirse en una
instalación pública. “Los minutos en casos como éstos
cuentan mucho”, dijo el padre. Por ello advierte a las
autoridades que remedien esta situación para lo sucesivo.
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