Ha sido galardonado con el Premio Convivencia por crear
la vacuna contra la malaria y negar su venta a las
multinacionales farmaceúticas, convirtiéndose en un
referente de solidaridad mundial, tal y como expresó la
consejera de Cultura, Mabel Deu. Manuel Elkin Patarroyo no
pudo contener su emoción al recibir la noticia que para él
tiene un significado especial, “un gesto de generosidad” ya
que según revela, le inculcaron desde pequeño “resolver
problemas universales para el bien de la humanidad”. Pese a
no haber estado en la ciudad autónoma, que visitará por
primera vez en noviembre, Patarroyo asegura conocer la
historia que rodea a Ceuta, esperando con ansia agradecer el
cariño de sus ciudadanos.
Pregunta.- ¿Cuáles fueron sus primeras impresiones tras
conocer que era el galardonado del Premio Convivencia Ciudad
Autónoma de Ceuta 2009?
Respuesta.- La verdad es que una alegría enorme porque lo
miro siempre no como un reconocimiento, sino como un acto de
generosidad, sobre todo, cuando voy acompañado de premios
anteriores con personalidades tan distinguidas como el
escritor Dominique Lapierre, el maestro Daniel Baremboid, o
el padre Vicente Ferrer. La verdad es que te impone una
especie de responsabilidad más grande porque son
manifestaciones de cariño, afecto; lo cierto es que te
obliga a que trabajes duro para que pueda ser recíproco y
quiero responder a ello.
P.- De este galardón sí conoce sus antecedentes y las
figuras que lo han ostentado pero, ¿qué conocimiento tiene
de Ceuta?
R.- La verdad es que no he estado nunca allí pero tengo
amigos que me han invitado a visitarla en varias ocasiones.
Desafortunadamente me ha tocado estar en muchos lugares pero
no puedo visitar todos los que quiero por el calendario.
Desde el punto de vista geográfico desconozco pero desde el
geopolítico conozco mucho porque Ceuta tiene una gran
historia a sus espaldas.
P.- ¿Por qué decidió Manuel Elkin Patarroyo indagar en la
ciencia?
R.- Son las vocaciones y desde niño quise ser científico
porque era una de las mejores maneras de poder ayudar. Ya
mis padres nos inculcaron desde pequeños la solidaridad, que
es diferente a la caridad, que significa que tú y el otro
sois iguales y tenemos que trabajar los unos por los otros
para poder salir todos hacia delante. Por ello, quería
resolver problemas grandes, universales, para el beneficio y
bien de toda la humanidad. Lo que más me atraía era la salud
pero nunca he buscado nada de reconocimiento, sólo cariño y
afecto de la gente.
P.- ¿Qué sentimiento le despierta el territorio español?
R.- Uno muy grande, ya que desde hace 15 años soy ciudadano
español por Real Decreto, algo que me honra muchísimo y me
lo concedió su Magestad el Rey. Además, desde mucho tiempo
atrás, el pueblo español ha venido colaborando con nosotros
desde diversas formas y agradezco la labor de la Agencia
Española de Cooperación Internacional.
P.- ¿Por que vías ha contribuido España a su labor de
investigación?
R.- Del grupo de la Universidad de Granada, la de Madrid,
Navarra, País Vasco, y no sólo con uno o dos créditos, sino
con investigaciones profundas, científicas y culturales.
P.- En 1986 usted consiguió la fórmula para luchar contra
la malaria, sin embargo, continúa trabajando para que la
vacuna tenga un 98% de efectividad, ¿cuándo pretende
culminar su investigación?, ¿cuál es el valor añadido?, ¿en
qué fase se encuentra?
R.- Espero entregarla cuanto antes ya que la malaria mata a
una persona cada diez segundos en todo el mundo, por eso,
nosotros conscientes de ello, consideramos que no tiene
sentido que la gente muera y esto puede ser útil para que no
suceda. Este seguirá siendo nuestra meta fundamental y
aspiramos a tener los resultados nivel experimental en 2011.
Esta ha sido la única vacuna en la historia contra la
malaria y una compañía ha intentado hacer otra que está por
ahí circulando pero no ha logrado la capacidad protectora de
la nuestra.
P.- ¿Cuáles han sido los últimos avances científicos de
su equipo?
R.- El desarrollo de la metodología racional, lógica, para
la obtención de cualquier vacuna; un modelo experimental
para futuras investigaciones.
P.- ¿Esta fórmula de trabajo podría llevarle a encontrar
la fórmula contra la gripe A o el SIDA?
R.- Somos conscientes de que la metodología que estamos
desarrollando puede lograr cualquier vacuna, no obstante, no
las haremos nosotros porque tenemos muchas limitaciones en
cuanto a laboratorios, modelos experimentales, financieras o
de personal. Pero las bases las estamos sentando para que,
quienes tengan estas particularidades, puedan llegar a
desarrollarlas.
P.- ¿Se ha planteado en algún momento el estudio y
análisis de las células madre?
R.- Para nada, no he querido involucrarme nunca en nada de
eso y nunca me lo he replanteado.
P.- Hablando de limitaciones, ¿hasta qué punto se puede
desarrollar la investigación fuera de Estados Unidos?
R.- Hay vida más allá de la muerte- bromea- y este caso
demuestra que se puede hacer muy buena investigación. He
visto un gran nivel, por ejemplo, en la ciencia española
desde hace cuarenta años, con resultados espectaculares, y
debemos seguir apoyándolo. He leído que se ha recortado el
presupuesto y deben entender que, para el avance social,
político, económico es fundamental el desarrollo científico.
P.- ¿Con qué fuentes de financiación cuenta para
emprender trabajos de campo tan duros y relevantes?
R.- Como ya he comentado, recibo gran ayuda de la Agencia
Española de Cooperación Internacional, la Caja de Navarra y
también tenemos soporte económico de Alemania y el Estado
colombiano desde 1982.
P.- Uno de los valores que el Jurado del Premio
Convivencia tuvo en cuenta para su elección fue el rechazo a
la venta de la patente a las multinacionales farmaceúticas,
¿qué montante le ofrecieron en aquellos entonces?
R.- Unos 128 millones de dólares, más o menos 100 millones
de euros. Pero no tenía precio ni coste.
P.- ¿De qué manera le insistieron?, ¿sigue recibiendo
ofertas?, ¿alguna zancadilla?
R.- Hemos tenido discusiones y diálogos porque hay compañías
muy interesados en esta última fórmula que estamos
desarrollando. Pero mantengo mi versión porque quiero que la
tengan todas las personas que la necesiten, y no pasen de
quince céntimos a 75 euros en su coste total.
P.- Comentaba de otro antídoto que andaba circulando por
allá...
R.- No quiero pronunciarme sobre esas discusiones porque se
entra en el campo de la especulación. Ellos por su lado y yo
a mi aire, buscando el bienestar de la inmensa mayoría de
las personas sin entrar en conflictos económicos.
P.- Para que la Organización Mundial de la Salud
reconociese su vacuna contra la malaria tuvo que probar su
eficacia, sobre todo, en África y Asia, ¿a qué cifra de
enfermos llegó a curar?
R.- Se hicieron estudios por diversos sitios: en Ecuador,
Colombia, Tanzania, Mozambique, Tailandia, etc. Es muy
difícil cuantificar porque en América llegó a más de 70.000
personas y en Colombia a más de 50.000; alrededor de 80.000
personas se beneficiaron. Pero paramos de distribuirla en
1995 cuando encontramos que sólo protegía entre el 30 y el
40% de las personas afectadas y nos pusimos a buscar ese
95%, que es lo que esperamos.
P.- Para un científico que se mueve por las leyes de la
física, ¿qué lugar ocupa la fe o la religión?
R.- Soy un individuo increiblemente creyente; todos los días
me arrodillo en la ducha y lo único que pido a Dios es que
me ilumine para entender cuáles son los átomos necesarios
para mi vacuna, nada de dinero, salud, ni nada.
P.- Para probar su vacuna ha realizado experimentos con
monos, ¿qué consecuencias tuvo?
R.- Como la malaria no los mata, los animalitos se curaron y
se les mantuvo en cuarentena para ver cómo se deselvolvían.
Luego se les liberó y devolvió a la selva.
P.- Finalmente, ¿cuándo conoceremos al Premio
Convivencia?
R.- La fecha exacta no la sé pero seguro en noviembre porque
tengo que viajar a Alemania, Buenos Aires, España. Tengo que
organizar la agenda porque este galardón no me lo esperaba y
me ha dejado fuera de lugar.
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