El Congreso Internacional sobre las relaciones entre
Violencia y Escuela, celebrado en Valencia, tomó como una de
las conclusiones más importantes la necesidad de que las
familias se tomaran en serio su función educativa, porque
algunos padres no sienten la necesidad de plantearse el tipo
de “estilo educativo” con que están formando a sus hijos.
Consideran que el haber elegido un determinado colegio y
facilitar a sus hijos todos los recursos formativos e
informativos que ellos no tuvieron, cumplen sobradamente con
sus funciones.
En los estilos educativos hay dos elementos importantes que
se transmiten a los hijos: por un lado el sentido y valor de
las normas, por otro la administración del afecto. La
dosificación de estos elementos determina la participación
de un estilo autoritario o de un estilo negligente. Los
expertos aconsejan “fijar normas” y “dar afecto” para
conseguir resultados positivos en la educación familiar.
Para el análisis de los estilos educativos y la construcción
de un edificio familiar sólido que resista las dificultades
que se han de ir presentando en la vida de familia, podrá
ser interesante desarrollar una ética del cuidado. Se trata
de prestar más atención a todo cuanto sucede en casa y
empezar a habitarla de verdad.
No se refiere únicamente a que la casa sea un espacio
privilegiado para cuidar unos a otros, se refiere a la
cantidad de oportunidades que se pierden para cuidarnos de
no caer en la rutina semanal de nuestras agendas, descuido
con el que progresivamente nos vamos fosilizando, porque
perdemos sensibilidad para querernos, para ponernos en lugar
del otro, para tener detalles con quienes compartimos la
vida.
Cada vez que los estudiosos se pronuncian individual o
colectivamente sobre alguna desviación o inadaptación
social, señalan a la familia como el mejor y a veces único
medio para la prevención de todos los males. A pesar de
ello, nuestros gobernantes ignoran estas recomendaciones,
tratando de suplantar las responsabilidades de los padres,
ignorando a la familia, cuando no tratando de
desnaturalizarla.
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