Pues sí. Aunque a más de uno le
parezca algo imposible. Puro poltergeist. Fenómeno
ufológico. Algo siniestro cuando, las criaturas,
desengañadas y escépticas, tienen que acudir a los platós de
las televisiones a pedir la justicia que, de otra manera,
“saben” que no les van a dar. Mala, malísima cosa si los
ciudadanos recelan y desconfían sistemáticamente de la
justicia. Peor todavía cuando hacen de un juez, de “uno”,
referente ético y humano, porque “todos” los menores de
España quieren ser juzgados por el Juez, con mayúscula,
Calatayud. ¿Y es que Calatayud es un magnífico jurista? Pues
la verdad es que no nos hemos parado a pensarlo, tan solo
sabemos que es intrínsecamente bueno, humano hasta la
médula, imaginativo, cercano, con la sencillez que se
permiten los auténticamente “grandes”. Ese tipo “merece”
juzgar. Porque ha hecho que confiemos en su criterio, que es
el de un hombre justo, Calatayud, siendo juez o siendo
repartidor de pizzas es de “los nuestros” por eso le
queremos.
Pero, ni el juez granadino es excluyente ni es adecuado
pensar que “un necio podrido en el cesto, pudre el resto”.
Falla, eso sí, el sistema de selección de los jueces,
legitimados por un vulgar acto administrativo, falla aún más
el control de los togados que deberían ser sometidos
anualmente a rigurosísimas pruebas psiquiátricas y
psicológicas para determinar su IE, inteligencia emocional,
salud mental y capacidad intrínseca para portar las puñetas
de encaje y tener en las puntas de sus bolígrafos la
capacidad para decidir sobre la vida y los patrimonios de
las personas. Mientras no existan controles pueden existir
fallos garrafales en cuanto a la idoneidad de determinados
individuos para juzgar, no a una criatura, sino ni tan
siquiera a un mandril rijoso.
Todo está montado “muy malamente” que dirían en mi barriada,
por eso, cuando alguien destaca, destaca “mucho”. Y cuando
la jode, la jode “mucho” también, como esa individua de
Baeza que le cerró las perfumerías al comerciante porque no
quiso devolverle el dinero de un perfume usado y tan solo ha
sido apartada un año del cargo. ¿Y luego qué? ¿O es que
durante ese año va a ser sometida a tratamiento para
modificar su prepotencia y su estupidez y del resultado del
tratamiento dependerá el que se la considere o no digna de
ser llamada Su Señoría? Y esos macabros sucesos y la tímida
respuesta del corporativista CGPJ es lo que hace sentirse a
los ciudadanos indefensos y asustados.
Al igual que, la excelencia, provoca el efecto contrario
¿Quién, por ejemplo va a toserles a los magistrados de las
Audiencias de Ceuta y de Melilla? Gente fetén. Muy buenos.
¿Qué hable de Algeciras? No. Algeciras no la toco. Ni de
refilón. Pero sí los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria de
Algeciras y de Madrid, que son magníficos. Al igual que los
de Córdoba. ¿Y en Málaga? ¿Es que existe en España entera
otro magistrado que sea un genio de la pintura como nuestro
Fernando González Zubieta? ¿Hay en toda la Nación una jueza
más sagaz, humana y encantadora que Aurora Santos que
abandonó los relumbrones de la política por volver a su
juzgado? ¿Qué dicen? ¿Qué la moda son Marbella y los
malayos? Vale. En Marbella está el fiscal más guapo de
España que se llama Javier Peco y que parece que tiene un
viejo en la barriga, de lo que sabe . Y la Malaya la lleva
ahora, como puede y le dejan, el juez Oscar, al que cantan
“Oscar Perez Corrales/ tú sí que vales/ pon firmes ya a los
de Blanqueo/ que son unos subnormales” Que magnífico vasallo
el impecable e inteligente Oscar, si hubiera un buen Señor.
La lástima es que no lo hay.
¿Jueces excelentes? Muchas excelentes personas que, encima
son Jueces. Del resto ni hablo, a los innombrables ni me
refiero. Me provocan acidez.
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