El escrito de acusación se remite al 19 de septiembre, sobre
las tres de la madrugada, cuando la presunta afectada
denunció una serie de llamadas a su teléfono fijo. “Estoy
segura de que era mi cuñado porque reconozco su voz y no es
la primera vez. Me llama, me insulta, me amenaza con
quemarme, y contra él no tengo nada, sólo quiero que me deje
vivir”.
El delito por el que se le acusaba ayer al sujeto era el
presunto quebrantamiento de una condena anterior por la que
tenía la prohibición expresa de acercarse y comunicarse con
su cuñada, según esta que no cumplió.
Según lo declarado por el propio imputado durante el juicio
celebrado ayer en el Penal número uno, “ni la llamé ni la he
llamado en todo este tiempo porque sabía lo que podía
ocurrir. No me dejan vivir desde hace un año, ni ella ni mi
ex mujer, y cada vez que voy a buscar a mis hijos, a los que
no veo desde hace un año, me meten una denuncia por malos
tratos”, manifestó. Los antecedentes de estos hechos parten
del proceso de separación del imputado y su ex mujer,
hermana de la denunciante. “Me extraña todo esto porque con
mi ex pareja nunca tuve ningún problema pero desde hace un
año me impiden visitar a mis hijos, darles un beso y además
me insultan y escupen por la calle. No hay derecho”,
apostilló.
Por dichos acontecimientos, el representante del Ministerio
Fiscal en la ciudad solicita una sentencia condenatoria para
el acusado considerando que los hechos habían quedado
probados mientras que la letrada de la defensa pide la
absolución de su cliente alegando que “no hay pruebas
documentales que acrediten que el teléfono móvil desde el
que se llamó fuera de él, ni siquiera que fuera él”.
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