El Cuerpo de Intendencia del Ejército de Tierra, en los
últimos quince años ha sufrido un profundo cambio,
desapareciendo las Tropas de Intendencia y viendo reducidas
sus escalas de personal profesional a una única escala de
Oficiales con cometidos casi exclusivamente de
Administración económica y otras funciones establecidas por
las leyes y reglamentos vigentes.
Pero los diarios de operaciones de las unidades del Ejército
de Tierra recogieron en épocas recientes hechos de guerra
que ocurrieron durante las campañas, en los que se guarda
constancia de la valerosa y abnegada actuación de las
unidades de Intendencia, de sus mandos y sus tropas en apoyo
a las unidades armadas.
La Intendencia en campaña era el cordón umbilical que
abastecía a las posiciones en primera línea de combate, o a
las unidades en frentes de guerra, de casi todo lo que
necesitaban para combatir y sobrevivir en el combate, desde
el agua hasta las municiones.
Homenaje de López Anglada
D. Luis López Anglada, el poeta Ceuta que fue Coronel de
infantería y magnifico escritor, dedico con respeto estas
líneas de homenaje al Cuerpo de Intendencia, en uno de sus
numerosos artículos en prosa. Dice así:
“A pesar de contar en su historia hechos gloriosos, en los
que sus hombres dieron la medida de su grandeza entregando
su vida en el cumplimiento de sus misiones, la Intendencia
parece eludir en todos sus actos cualquier manifestación que
parezca exhibir o airear su función. Los intendentes son
abnegados en todo. Ellos saben que su misión es mantener la
vida de los ejércitos, y para lograr eso son capaces de
sacrificarlo todo, permaneciendo ellos en el anonimato, pero
llegando con sus recursos hasta los lugares de mayor peligro
y dificultad. Bien saben de esto los viejos combatientes de
África, los que mantenían enhiesto el pabellón de la Patria
sobre los lejanos blocaos, que nunca podían mantenerse sin
la llegada puntual de los convoyes de Intendencia, que les
traían con los víveres, y la munición, la certeza de que el
Ejército no les olvida en sus posiciones.
Heroísmo
Cuánto heroísmo y cuánto sacrificio entrañaba la marcha de
los convoyes de Intendencia por los lugares inhóspitos y
hostiles, donde detrás de cada chumbera podía estar
agazapada la muerte, y donde todos sus movimientos eran
seguidos por los ojos amenazadores e invisibles que pronto
daban la noticia de la posible presa a los belicosos
cabileños”
Valga para finalizar este comentario también las palabras
que a la Intendencia dedico el General Millán Astray,
fundador de la Legión, con ocasión de la entrega del
Estandarte a la 2ª Comandancia de Intendencia en Melilla tal
y como recogemos del libro “Crónica de la solemne ceremonia
de entregar S.M. la Reina el Estandarte a la 2ª Comandancia
de Intendencia” (1930):
“Si el noble privilegio de ostentar un Estandarte como
emblema de la Patria y guión de sus soldados ha de ganarse
con sangre vertida heroica y generosamente, con una conducta
de ruda bravura, con sobrehumana resistencia ala fatiga, con
fe inquebrantable al cumplir el deber, y si los destellos de
tan excelsas virtudes han de irradiar de quienes ni sus
cañones les cantan la victoria, ni sus ametralladoras les
enardecen al crepitar, ni el lucir de sus sables les excita,
ni el estruendo de las minas les acompaña; si sus armas no
han de herir, si su marcha ala muerte ha de ser silenciosa,
si su gloria esta en morir por llevar pan y agua a sus
hermanos, si sus héroes mas preclaros solo han de figurar en
la sublime letanía de los soldados desconocidos. Si así se
gana un estandarte, yo os aseguro, soldados de Intendencia,
que igual que todos, os vi ganároslo cuantas veces os
encontré en el combate”
Este es el espíritu de la Intendencia, el que era y el que
sigue siendo, de entrega, de abnegado servicio y disciplina
acatando sus misiones con el devenir de los tiempos y
adaptándose con el tiempo a las diferentes vicisitudes y
necesidades que el Ejército le encomienda por y para el bien
de España.
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