Un día en el que se muestra,
aparentemente, el escaparate de lo que somos y de lo que
tenemos, pero que a alguien se le fue la mano, o dejó de
atar todo para que no hubiera fisuras y quedó una puerta
abierta para ciertos abucheos al presidente de nuestro país,
de todo él, desde Ceuta y Melilla hasta Euskadi o Cataluña.
Particularmente, creo que no era el día, ni el momento, ni
el lugar para esos abucheos, porque es posible que más de
uno de los que mostraron su disconformidad con esas
protestas hacia el presidente, Rodríguez Zapatero, le hayan
votado en alguna de las elecciones en las que se presentó y
si no le han votado ellos, los votos logrados, en las dos
victorias consecutivas, son de más votantes que los que se
decantaron por otras opciones.
Ni el día, ni el lugar eran propicios para ese tipo de
manifestaciones de descontento con el presidente del
Gobierno, aunque es cierto que, yendo las cosas como van,
hay que tener los nervios de acero para saber templarlos
como es debido y en todo momento.
La muestra de lo que hay y de lo que somos, aunque en época
de crisis, ahí quedó y esos más de 42.000 militares que
participaron, de forma ejemplar, esos 209 vehículos y 58
aeronaves, presentan algo más que un espectáculo, en una
fecha que, además, acompañó por su buen tiempo,
climatológicamente hablando.
También Ceuta estuvo allí, y no sólo en el terreno militar,
como ha estado muchas veces, sino a nivel institucional, con
su presidente Juan Vivas, que no pasó desapercibido,
especialmente, para los miembros de la Casa Real, y muy
particularmente para el Rey, Juan Carlos I.
No me cabe la menor duda de que Ceuta tenga un lugar muy
especial en el corazón de los Reyes de España, Juan Carlos I
y Sofía, y es que va a hacer ya dos años, el próximo día 5
de noviembre, Ceuta recibió a los monarcas como ningún
pueblo lo había hecho anteriormente.
Cuando tres o cuatro días antes, y casi por sorpresa, se
anunció la venida de los Reyes a Ceuta, la institución
monárquica estaba pasando por una serie de vejaciones, que
la primera institución de nuestro país no podía y no debía
soportar.
Ceuta dio ejemplo, y de qué manera, sin que, ideologías a
parte, hubiera ninguna voz discordante o desacompasada que
viera mal o menospreciara la llegada de los Reyes a esta
Ciudad.
Por eso, y los Reyes son personas humanas con corazón,
cuando llegaron al centro de la Ciudad y vieron la acogida
de cariño y respeto, para sus personas y para lo que
representan, se dieron cuenta, al instante, de lo que hay
aquí, del talante de las gentes de este pueblo, frente a la
intransigencia que unos días antes habían marcado ciertos
grupúsculos llevados por separatismos añejos, que, en el
colmo de la desvergüenza y la falta de tolerancia, habían,
incluso, quemado la foto de SM el Rey, entre insultos y con
la algarada de quienes sienten aversión por el nombre de
España, salvo cuando van a salir beneficiados con prebendas,
desde luego, inmerecidas de todo punto.
Me hago eco de las palabras de Juan Vivas cuando dice:” El
Rey nunca se olvida de los ceutíes. Lleva en su corazón el
día de la visita a Ceuta, hace casi dos años, ya”.
Nosotros, los que estábamos y seguimos estando en Ceuta,
tampoco nos podemos olvidar del día cinco de noviembre del
año 2007, una de las fechas imborrables de la historia de
Ceuta.
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