Decía la sabia de mí abuela
que:”El arbolito hay que cuidarlo desde pequeñito”.
Traducido a los momentos actuales, más o menos, vendría a
decir que a los niños hay que educarles desde pequeñito
mostrando siempre el principio de autoridad de los padres,
educadores y no digamos nada el de los abuelos. O sea en
Román paladino: “una bofetada a tiempo era una victoria para
que el arbolito no se desviase del camino que debería tener
en la vida. Mostrándose siempre derecho y sin inclinarse a
un lado u a otro.
Las cosas han cambiado tanto que la frase de mí abuela,
certera por cierto, ha quedado desfasada, por la perdida del
“principio de autoridad”.
Hoy día, un padre, un educador o un abuelo, le da un tortazo
en el trasero, que es donde se pegaba, a un niño y se la ha
jugado como a la pobre e inocente criatura, le dé por
presentar una denuncia por malos tratos. Así nos crece el
pelo. Y así, desgraciadamente, marcha nuestra juventud y lo
que no es la juventud, que se permite insultar y atacara
aquellos que representan la autoridad. Y ni te cuento,
serrana del alma, a sus padres o a sus mayores.
Los otros días escribí, en esta misma página, sobre la
perdida del principio de autoridad, refiriéndome al apoyo
que le prestaría, sin dudarlo, a la decisión de Esperanza
Aguirre sobre darle la autoridad que se merecen a los
educadores.
Y como pasa, cada vez que escribo sobre determinados
asuntos, no tardan ni veinticuatro horas, en que algún
suceso, venga a darme toda la razón de cuanto he escrito
sobre la perdida del “principio de autoridad”.
En Dos Hermanas, en una casa cuartel de la Guardia Civil,
estaban celebrando la festividad de la Patrona de la
Benemérita, La Virgen del Pilar, cuando los vecinos atacaron
con piedra, palos y navajas a agentes del puesto.
Ante estos ataques dos agentes, intentaron disuadir a los
agresores, pero se convirtieron en el blanco perfecto.
Resultando un guardia civil con traumatismo craneoencefálico
tras recibir un fuerte golpe en la cabeza con un objeto
contundente y el otro con fractura en el antebrazo provocada
por un arma blanca.
Ayer, Día de la Hispanidad, en uno de los telediarios
emitidos, salieron algunos vecinos, diciendo que ellos
habían sido atacados y que los de los apedreamientos, había
sido cosa de niños de cuatro y cinco años.
Naturalmente, escuchando a estos “angelitos” que son una
jartá de buenos, el golpe que recibió uno de los guardia
civiles en la cabeza lo realizó un bebe de cuatro meses. Y
es que los bebes de cuatro meses tienen una fuera sobre
natural, El del navajazo fue aún más pequeño tendrá con toda
seguridad, tirando de largo, mes y medio si llega.
Es que los niños nacen ahora con una fuerza sobrenatural. Y
claro, con esa fuerza que tienen los bebes, pueda pasar
cualquier cosa, en cuanto se les vaya un poco la mano.
Al parece, en esta zona, no es extraño que se ataque a la
Guardia Civil. Fueron a detener a una señora por un caso de
narcotráfico y los vecinos la emprendieron a golpes con los
agentes.
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