El que ha sido el Hospital Civil de Ceuta durante cuarenta
años dentro de muy poco dejará de palpitar. Los enfermos
desaparecerán de las habitaciones, de los servicios
diagnósticos, de los pasillos de Urgencias en poco más de
dos meses. Mientras tanto, la ciudad se ha volcado en todo
tipo de especulaciones sobre sus posibles usos futuros, y la
propietaria del inmueble, Cruz Roja, espera que se
constituya la comisión mixta propuesta por el presidente
Vivas para aclarar el destino del viejo hospital.
Las necesidades de espacios socio sanitarios son crecientes
en Ceuta y hay propuestas para dedicarlo a la atención
psiquiátrica en una ciudad donde las personas con
enfermedades mentales graves deben trasladarse a Málaga para
ser tratadas. Propuestas para convertirlo en un hospital de
crónicos, donde puedan prestarse cuidados paliativos.
Propuestas para la atención a las toxicomanías.
En todos estos campos las infraestructuras de la ciudad son
precarias. En cualquier caso, incluso en la improbable
alternativa de que el Ingesa, la Ciudad Autónoma y Cruz Roja
no se pusieran de acuerdo para darle alguno de estos usos
socio sanitarios, el edificio inaugurado el 18 de mayo de
1969 no desaparecerá de la vida de los ceutíes como lugar
donde acudir en busca de asistencia médica o social.
El presidente de la entidad en Ceuta, José Durán, explicó a
EL PUEBLO que si se diera el extremo de que la Ciudad o el
Ingesa no estuvieran interesados en darle ningún uso, Cruz
Roja podría unificar todos los servicios que presta en la
ciudad dentro de este inmueble. “Esta posibilidad garantiza
el óptimo aprovechamiento de este patrimonio”, apuntó Durán.
La documentación está en la delegación de Cruz Roja en
Madrid, que administra todo el patrimonio de la entidad
humanitaria en el conjunto del país. Y la decisión se tomará
desde allí. Como ha sido desde que esta parcela de 3.546
metros cuadrados fuera enajenada por el Ayuntamiento de
Ceuta en acuerdo plenario del 8 de junio de 1960, al precio
simbólico de una peseta por metro cuadrado.
A cambio, la entidad que adquiría los terrenos, esto es,
Cruz Roja, se comprometía a construir en ellos un hospital
en el plazo de cinco años y a mantenerlo en uso civil
durante treinta. Tardó algo más en construirse, casi nueve
años. Pero, a cambio, ha tenido más de tres décadas de vida,
pues ha llegado hasta 2009.
El papel del Insalud
En la prolongación de su vida intervinieron muchos factores.
Sin duda, uno de ellos, lo dilatado que resultó el proceso
para construir las nuevas instalaciones de Loma Colmenar.
Pero también la aparición de una nueva circunstancia socio
política en España, como fue la universalización de la
asistencia sanitaria y la creación del Instituto Nacional de
Salud (Insalud).
De esta manera, corolario de la sucesión de acontecimientos
relatados, el 16 de diciembre de 1988 el entonces presidente
de Cruz Roja Española, Leonardo Marín, cedía al Insalud la
administración y gestión del hospital levantado casi veinte
años antes en el remate del Paseo de la Marina Española.
La sanidad pública, convertida en precepto constitucional,
se hacía de esta manera efectiva en Ceuta más allá de la
beneficencia del Estado.
Pero el proceso de integración no sólo tendría repercusión
sobre los ciudadanos. Un acuerdo de 5 de septiembre firmado
por la ministra socialista Ángeles Amador, permitió integrar
al personal que prestaba sus servicios en el Hospital Civil
de la Cuz Roja como personal estatutario del Insalud. El
acuerdo se hizo efectivo a partir de 2005.
Singularidad ceutí
Con poco más de 140 camas, frente a las 220 que posee el
actual centro hospitalario, el Hospital Civil de la Cruz
Roja no sólo ha tenido que atender a una población ceutí
creciente. También a gran parte de su área de influencia: un
porcentaje nada desdeñable de la población del norte del
Marruecos ha encontrado en la red sanitaria de Ceuta la
atención sanitaria que no lograba en su propio país.
La peculiaridad de Ceuta como plaza transfronteriza del
Estado español ha marcado de manera decidida la presión
asistencial que ha soportado durante décadas su red
sanitaria pública. Por ello, en cierto sentido, la
afirmación de la actual ministra Trinidd Jiménez de que
Ceuta “se merecía” el nuevo hospital y que el Estado estaba
en deuda con la ciudad resultó algo más que una frase
retórica.
La construcción de Loma Colmenar ha permitido desalojar no
sólo el histórico Hospital Civil de Ceuta sino también otras
instalaciones sanitarias como el ambulatorio José Lafont,
para el que el Ingesa también planea nuevos usos como la
sede del 061, pero sobre el que la Ciudad Autónoma también
tiene intenciones de demolición en su proyecto de
reordenación urbanística de todo el entorno de las Murallas
Reales.
Aumentan, pues, los espacios para usos socio sanitarios en
la ciudad, pero también la demanda de servicios y la presión
asistencial. Y a la marcha del hospital civil de las
instalaciones de Cruz Roja, le sucederá otro éxodo: el de la
Facultad de Enfermería alojada en el edificio anexo al
hospital.
Sobre esta escuela la Universidad de Granada también tiene
otros planes, como la de convertirla en la Facultad de
Ciencias de la Salud en un terreno próximo al Hospital
Universitario de Loma Colmenar. Una reordenación sólo
posible gracias al replanteamiento urbanístico que está
realizando la Ciudad Autónoma.
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