Hoy no lloverá. Seguro. Mañana tampoco. Seguro. Que lo haga
el fin de semana es más difícil que encontrar un
estacionamiento a la primera en el centro: existe un 5% de
probabilidades, el viernes, y un 15%, el sábado y el
domingo, de que se registren precipitaciones sobre la ciudad
autónoma según la Agencia Española de Meteorología (AEMET).
José Antonio Maldonado, histórico presentador de ‘El Tiempo’
de TVE va más allá en sus predicciones. Según sus estudios,
que publica en la web www.eltiempo.es, el siguiente fin de
semana, 23 y 24 de octubre, cuando el viento role a
Poniente, es muy probable que haya “llovizna” sobre Ceuta.
Será, con toda probabilidad, o así lo estiman todas las
fuentes consultadas, demasiado tarde o demasiado poco lo que
caiga. Salvo milagro, antes o después, casi 15 años después
de su última visita, el puerto de Ceuta volverá a recibir un
buque aljibe. Y lo más probable es que sea esta misma
semana. Con “casi total seguridad” antes del próximo martes,
20 de septiembre.
En cualquier caso, el Gobierno local guarda un férreo
silencio, incluso sin micrófonos, sobre cuánta agua se
piensa comprar y sobre cuánto prevé que tendrá que pagar por
ella. Su estrategia ha dado hasta ahora un rédito apreciable
imposible de cuantificar todavía.
Es la ley de la oferta y la demanda, bastidor básico del
capitalismo. Y, en este caso, la Administración local juega
en campo contrario, con escasos proveedores de un bien como
el que desea adquirir (se firmará un solo contrato por el
servicio completo) y una demanda inelástica.
Todos los factores económicos tradicionales están en su
contra como compradora: 1) “el bien es de primera necesidad,
se adquiere sea cual sea el precio”; y 2) no hay sustitutos
para el agua y muy pocos como oferentes.
Así las cosas, el Gobierno local ha optado por utilizar las
variables en su mano para dilatar la contratación y bajar su
precio todo lo posible. Fuentes de toda solvencia aseguraron
ayer a este periódico que el recorte experimentado en el
consumo diario de agua ha sido “muy notable” aunque no
detallaron las fórmulas utilizadas para conseguirlo.
La consejera competente, Yolanda Bel, sí mencionó
públicamente en su momento entre ellas la de “bajar la
presión” disponible en los hogares durante la noche.
Con este y otros instrumentos el Gobierno ha conseguido
retrasar la contratación del buque aljibe, cuya necesidad
reconoció por primera vez la necesidad de recurrir a él, el
pasado 22 de septiembre, hace ya casi un mes. En este tiempo
se ha logrado, además, barajar un precio sensiblemente
inferior al que se temió tener que hacer frente
inicialmente, que según esas mismas fuentes se cifró en
cerca de un millón de euros, desembolso al que habría que
restar lo “ahorrado” por el parón de parte de la desaladora
entre febrero y junio.
Fuentes oficiales aseguraron ayer que, pese a las
dificultades, se sigue pudiendo disponer de las reservas de
los pantanos “incluso en mayor volumen del que se está
utilizando actualmente”. Y todo ello a pesar de que,
reconocieron, las aportaciones de los manantiales de
Beliones han caído apreciablemente de los 60 libros por
segundo que en teoría tendrían que suministrar debido a la
“evidente” expansión demográfica de la localidad vecina.
El resultado de la partida de mus se conocerá, con cifras,
en el plazo máximo de seis días.
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