Así fue la procesión del Santo
Patrón de Ceuta, San Daniel, en el atardecer y hasta bien
entrada la noche del pasado sábado.
Es un hecho y cada vez más dentro de la Ciudad, que esta
festividad, en los últimos años, tiene un atractivo que,
pocos años atrás, no tenía.
Desde la noche del viernes, se vive en toda la barriada,
rodeando la catedral, el mismo ambiente que en cualquier
pequeño pueblo, también, se vive, en torno a sus fiestas
locales.
Debo decir que, particularmente, hasta hace muy pocos años,
y siempre he vivido en Ceuta, en esta barriada, no había
saboreado esta fiesta como creo que se merece.
Ahora sí, ahora la vivo tan de cerca como vivo las fiestas
de mi propio pueblo y me gustaría que muchos ceutíes que, si
acaso, participan tan sólo del desfile procesional,
participaran más, y disfrutaran de verdad lo que son unas
fiestas con sabor añejo, que en algunos casos se han ido
arrinconando, porque las nuevas corrientes buscan por otros
derroteros el jolgorio y la diversión, muy lejos de lo que
encierra la celebración de un patrón o una patrona en
cualquiera de los pueblos de nuestra geografía.
La procesión de San Daniel recorrió las calles adyacentes a
la Plaza de África, con la representación de las
instituciones locales y la escolta de maceros, además, como
no podía ser de otra forma, en una ciudad tan marinera como
es la nuestra, también acompañó un piquete de la Compañía de
Mar, de aquí de Ceuta.
Y como el tiempo, en fin de semana y con buena climatología,
acompañaba, docenas y docenas de ceutíes vivieron de cerca
el paso de la procesión, en el día grande de la fiesta.
Por una vez, aquí puede ser la excepción, el patrón de la
ciudad iba “arropado”, demás de por los devotos fieles del
santo, también, por el presidente de la Ciudad, la máxima
representación a nivel local, Juan Vivas y por la máxima
autoridad estatal, el delegado del Gobierno, Fernández
Chacón.
Ciudad Autónoma y representación estatal a su máximo nivel,
una vez más, juntos en una fiesta que, dejando de lado
creencias e ideologías, lo que hace en esos momentos es unir
más a todos, en beneficio de la propia Ceuta.
También desde un acto como este se ve que al frente de las
dos máximas instituciones están dos personas que, cuando
está de por medio la imagen de Ceuta, saben guardarse su
particular creencia y no mostrarla a destiempo.
Como en los momentos más solemnes del año, la ciudad se
vistió de gala para ver desfilar por el mismísimo centro de
la ciudad a la figura de San Daniel, santo patrón de Ceuta.
Los miembros de la cofradía del santo, cada año en octubre,
logran mantener una tradición que, como he dicho al comienzo
de esta columna, cada año va a más, a pesar de los tiempos
que vivimos ahora.
Desde las ocho de la tarde, cuando los costaleros sacaban la
imagen del santo, hasta casi la media noche, San Daniel
recorrió, muy bien acompañado, un recorrido ya tradicional
en esta fiesta, pasando por la Iglesia de Nuestra Señora de
África, donde se cumplimentó a la patrona de la Ciudad.
El ambiente tenía mucho de religioso, mucho de social, pero
por encima de todo se respiró, una vez más, mucho de
ceutismo, no diferente al que se puede respirar en el día de
su patrono, en cualquier localidad de España.
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