Empresario ceutí de largo recorrido, Abdelmalik Mohamed fue
presentado hace unos meses, en su primera incursión en la
política, como portavoz adjunto de UPyD en Ceuta. Aquello
duró una semana. El próximo día 5 de noviembre, arropado por
la plana mayor de ‘Ciudadanos’ (C’s), incluido su
presidente, Albert Rivera, se presentará formalmente en la
ciudad la agrupación local de este partido que describe como
“de centro-izquierda” y “no nacionalista”. Su apuesta pasa
por “racionalizar” la vida política ceutí, por colocar al
ciudadano y su futuro como prioridad absoluta, por “abrir
nuevos frentes” para Ceuta y por suprimir recelos y
establecer un “clima de buena vecindad” con el país vecino.
Pregunta.- ¿Qué es ‘Ciudadanos’?
Respuesta.- Es un partido de centro-izquierda que se está
posicionando en toda la geografía española. La de Ceuta es
la última agrupación constituida y ahora llegarán las de
Almuñécar y Granada. Nuestro objetivo es introducir en la
política dosis de racionalidad, hacer de esta una ciudad más
racional, más moderna, que participe y se reconozca en el
mundo, que se acerque más a los parámetros sociales de
Europa.
P.- De centro-izquierda, dice, pero en las últimas europeas
se alineó en una coalición con formaciones de ultraderecha,
Liberta. ¿Cómo es eso?
R.- C’s nació como un partido de centro-izquierda no
nacionalista. Las europeas han hecho ver a la dirección que
fue un acto un poco... Creo que seguimos siendo lo mismo.
P.- ¿Un paso mal dado?
R.- Entiendo que sí.
P.- Sin presentarse siquiera ya tienen ustedes sede,
camisetas, propaganda... ¿De dónde sale el dinero para todo
esto?
R.- Nosotros no venimos buscando el voto como los partidos
tradicionales, sino a hacer una labor pedagógica de
conciencia social para que la ciudadanía tenga elementos
para valorar la situación de Ceuta y su futuro. ¿El dinero?
Este es un proyecto que ponemos en marcha el secretario
general de Ciudadanos-Ceuta, Hafid Mohamed, y yo. Ambos
somos empresarios y ambos apostamos por este reto a medias y
así lo hacemos. A día de hoy ya tenemos casi cincuenta
militantes.
P.- Su perfil parece similar al de UPyD. ¿Corren el riesgo
de ser un remedo del partido de Rosa Díez?
R.- UPyD busca volver al nacionalismo español que pretende
que el Estado recupere las transferencias trasladadas a las
Autonomías. Nosotros estamos en una línea más europeísta.
P.- El PSOE también podría decir que es de centro-izquierda.
¿Por qué no se han ido con ellos?
R.- Hay muchos puntos de coincidencia con ellos, aunque tal
vez nosotros apostamos más por soluciones prácticas y por
menos amalgama de ideologías.
P.- Pues C’s lo funda en Barcelona un grupo de intelectuales
y su discurso, el de su propaganda, también es muy
conceptual: la libertad, la participación, la ciudadanía...
R.- Son cosas que interesan a las personas. Debemos
recordar, tener presentes, lo que significan esos conceptos
y cómo se traducen en la práctica. En Ceuta no puede sonar a
quimera que el ciudadano tiene derecho a exigir a la
Administración, no sólo deberes ante ella.
P.- ¿Está dispuesto a cargar con la etiqueta de partido ‘de
corte musulmán’ a partir de ahora?
R.- No creo que vaya a ser así. Nosotros valoramos el
concepto de ciudadanía, somos un partido laico. No queremos
que el nombre, los apellidos, el color o la religión nos
encasille o nos divida. Que yo sea de la comunidad árabo-musulmán
no quiere decir nada. Yo pienso como ciudadano. Hoy está
aquí sentado Mohamed y mañana lo estará Pepe. Lo contrario
sería terrible.
P.- Ali se queja mucho de eso también. ¿Le da algo de razón?
R.- Ocurre, claro que sí, pero yo lo interpreto como un
aliciente más para corregirlo y para construir un futuro
mejor.
P.- ¿Puede exponer ya alguna propuesta innovadora que piense
incluir en su programa electoral?
R.- Las tenemos y las presentaremos a la sociedad en su
momento porque entendemos que necesitamos un cambio, que la
diversidad no se puede gestionar como se ha venido haciendo
hasta ahora, con el lamentable y reciente ejemplo de la
Musal-la.
P.- ¿Cómo se plantea hacerlo?
R.- Nuestra gran preocupación es el asunto económico. Hay
que abrir nuevos cauces. Tenemos un alarmante índice de
paro. En ese sentido creo que hay que pensar en Marruecos.
P.- ¿Es consciente de lo que la gente puede pensar de usted
por decir eso?
R.- No voy a pintar un país de ensueño pero sí un país en
desarrollo en el que queremos buscar alternativas para
participar de él, para que los ceutíes se beneficien de ese
proceso. Antes de final de año hablaremos de ello.
P.- Usted ya expuso cuando UPyD-Ceuta le presentó como
portavoz, puesto en el que duró unos días, un discurso
similar. ¿Le trajo problemas decir esto?
R.- Hubo una diferencia de criterios sobre el Sahara y
Marruecos que solucionamos cívicamente. Espero que en el
futuro podamos colaborar.
P.- ¿C’s cree que hay temas sobre los que, desde Ceuta, es
mejor no posicionarse para no molestar al país vecino?
R.- La palabra molestia no forma parte de nuestro
vocabulario. Hay una política internacional sobre ese tema
en el que no creo que tenga sentido que contradigamos. No se
trata de no molestar, sino de no hacer cosas sin motivo
alguno y que sólo enrarecen y entorpecen el ambiente.
P.- Su plan económico es, entonces, básicamente, dejar de
vivir de espaldas a Marruecos, ¿no?
R.- Sí, se trata de ampliar la perspectiva, de no
limitarnos, de no seguir siendo una ciudad subsidiada. El
presidente promete ‘más de lo mismo’ y si eso quiere decir
que vamos a volver a oír lo que ya hemos escuchado, me
decepciona. Hay que abrir nuevos frentes en busca de una
ciudad del mundo, que reciba inversión árabe y del resto del
extranjero, que se levante el veto marroquí sobre Ceuta.
Hace falta un clima de vecindad que propicie una plataforma
para hablar de muchas cosas. C’s recibe cada día a personas
que se quejan de que el agua ha subido una barbaridad. Es de
prever que con la luz pasará lo mismo. Si le compramos el
agua a particulares más allá de la frontera, ¿por qué no
hablar de ello con las instituciones marroquíes?
“El problema es el recelo”
P.- ¿No sería un riesgo poner en manos de otro país recursos
básicos y esenciales como el agua o la luz?
R.- Ese es el problema, el recelo. La reivindicación
marroquí seguirá estando ahí, pero también creo que sus
autoridades son racionales. Podrían cerrar la frontera para
incomodarnos y no lo hacen. Esa forma de pensar es un tanto
retrógrada. Habrá quien piense que ese clima de vecindad que
pedimos implica que somos promarroquíes, pero entonces lo
soy tanto como el que pasa a diario o como el que cruza los
fines de semana. Lo único que planteamos es un acercamiento
social y político. Lo demás es responsabilidad del Gobierno
central. Buscamos un futuro mejor para todos, y eso implica
también fomentar que Marruecos nos trate, respetando nuestra
identidad, como a buenos vecinos, como cuando a los ceutíes
nos exime de los trámites generales de importación de
vehículos. En Melilla no se ven tantos demonios.
P.- Hay diferencias. Allí sí tienen algo parecido a una
aduana comercial, por ejemplo
R.- Claro, y su volumen de facturación es muy superior.
Hablando con amigos de Marruecos que me decían que lo de la
aduana ceutí es casi imposible les planteaba, en confianza,
que sería bueno que al menos pudiésemos comprarles áridos,
ladrillos... Como en Melilla. Eso reduciría notablemente el
precio de la vivienda en Ceuta, pero eso no se va a
conseguir sin un movimiento social que lo establezca como
una necesidad y un objetivo porque eso es lo que realmente
puede hacer que esta ciudad cambie de rumbo y abra nuevas
posibilidades. Hace poco Vivas decía que no hay alternativas
a su proyecto. Nosotros las plantearemos para que Ceuta deje
de malograr sus aptitudes, piense por sí sola y ponga en
primer plano el futuro de su gente.
P.- ¿Pragmatismo?
R.- No venimos a cambiar bandera. Lo único que sabemos hacer
los que estamos aquí es gestionar empresas y venimos a la
política porque, pensando como empresa, creemos que el
futuro de Ceuta pasa por crear un clima de buena vecindad
real.
P.- ¿Qué le parece el trabajo de la oposición, donde me
imagino que tendrán como objetivo llegar?
R.- Más que a por votos vecinos, con humildad, a decirle a
la gente que esta ciudad puede ser mejor. Es hora de que,
como pasa en muchos países europeos, miremos al programa
electoral y no al nombre del candidato.
P.- Si usted estuviese en la Asamblea, ¿qué propuestas
llevaría al Pleno de este mes?
R.- La creación de una Comisión de Transparencia. No tiene
sentido lo que está pasando, que se favorezca a determinadas
empresas por su parentesco con ciertos políticos. A mí me ha
pasado. El director de una empresa municipal me pidió
precios como mayorista de pinturas y me dijo: ‘Son los
mejores, pero no puede ser’. El resultado del concurso fue
que la oferta del adjudicatario pedía un 30% más.
P.- ¿Por qué no lo ha denunciado en los juzgados?
R.- Son cosas que están pasando.
P.- Eso es un delito
R.- Delitos se cometen muchos a diario. Ciudadanos pide
transparencia e igualdad. Tal vez la oposición institucional
tenga otro perfil personal al que se le escapan ciertas
cosas. Nosotros pediríamos una Comisión de Transparencia que
permita a cualquier ciudadano conocer en qué se gasta hasta
el último céntimo la Administración.
P.- ¿Y qué más?
R.- Una Comisión Interreligiosa para que los políticos
gestionen nuestra diversidad de una forma más racional.
P.- ¿La Musal-la? ¿Usted no cree que, aunque no se diga en
público, lo que no quiere la Ciudad es apoyar a una entidad,
la FEERI, por quién es su líder y cuáles son sus ideas?
R.- A la Ciudad le falta capacidad de visión. No tiene
información suficiente. Pensar que la FEERI es Marruecos es
un error. No están legitimados como portavoces suyos, ni
mucho menos, y si alguno de sus responsables tiene relación
con ciertos representantes cercanos debemos limitarlo ahí.
Como servidores públicos nosotros entendemos que hay que
atender a todo el mundo y no ahondar en la vulnerabilidad
del colectivo árabo-musulmán. No se debe hablar de
lecciones, de adversarios...
P.- ¿No cree que hay demasiada religión en la vida política
ceutí?
R.- Los musulmanes han sacralizado mucho sus asuntos
sociales. Hay que hacer acopio del concepto de ciudadanía.
P.- ¿Le parece bien la última decisión sobre estos temas, la
de hacer la Pascua musulmana festivo local y pedir otro día
libre al Estado?
R.- Sí, porque hemos ganado todos con esta decisión, porque
atiende a la realidad, porque ajusta el calendario laboral a
lo que ya sucedía en la ciudad. Lo demás es un problema de
gestión de la diversidad, que no es nada fácil.
P.- ¿C’s se presentará, concurrirá a las elecciones y, si no
obtiene representación, se disolverá como tantos otros?
R.- No. Lo nuestro es una labor de conciencia. Estamos en
esto para muchos años, no para tener un escaño.
|