UUn año de crisis para casi todas las actividades, y un año
en el que se notó, también, que el bolsillo no estaba a tono
para poder ir a los toros todos los días, incluso en la
feria del pueblo.
A pesar de ello, fue una temporada más y las grandes ferias
no vieron mermar el número de espectáculos, aunque en
algunos de ellos hubiera menos clientela de la que había en
años pasados.
Donde sí se notó la crisis fue en la organización de
festejos en muchos pueblos en los que era de rigor que los
hubiera en sus fiestas y este año disminuyeron en gran parte
por la penuria de algunos ayuntamientos.
LAS GRANDES FERIAS
Cuando estamos metidos en la Feria del Pilar, de Zaragoza,
la penúltima de las grandes ferias, ya que tras esta tan
sólo queda la de Sanlúcar de Jaén, en el momento de hacer un
recorrido por la geografía española y ver todo lo que hubo,
relacionado con el mundo de los toros.
Particularmente me da pena que Ceuta aparezca como la
excepción, junto con la Comunidad Autonómica Canaria, en la
organización de festejos taurinos, pero la situación es esta
y como tal tenemos que decirlo.
Personalmente creo que, en esto, Ceuta ha perdido una buena
ocasión de hacerse un poco más como todas las demás
comunidades autonómicas, y sólo el querer tener contentos a
todos, especialmente a ciertos grupos, que no son
mayoritarios, ni mucho menos, hace que en las excepciones
aparezca nuestra Ciudad, con Canarias, que ha roto,
definitivamente, con este tipo de festejos, desde hace
varios años ya. Por su parte, Ceuta que tuvo una gran
afición hace años y la sigue teniendo en personas de más de
cincuenta años, parece que poco a poco puede perder,
definitivamente, algo que no solía faltar en sus
programaciones, hace ya bastantes años.
Y es que, en la primavera, se intentó organizar un festejo,
pero ciertas mentes piadosas con los toros de lidia
empezaron a demonizarlo, de tal forma que el proyecto se
quedó en simple proyecto, pero incumplido.
Desde comienzo de temporada, hasta hoy, ahí han quedado las
fiestas de la Magdalena, en Castellón, las Fallas de
Valencia, la Feria de Sevilla, San Isidro, en Madrid, San
Juan, en Alicante, San Pedro, en Burgos y San Fermín, en
Pamplona.
Estas son ferias ya tradicionales que volvieron a estar a la
altura de otros años y a las que siguieron Teruel,
Santander, Vitoria, San Sebastián, Bilbao, Salamanca,
Valladolid, Albacete, el Pilar y, para cerrar, Sanlúcar.
Intencionadamente hemos citado las más llamativas, pero
podríamos citar Huesca, Segovia, Soria, Córdoba, Huelva y un
larguísimo etc, que ya se han hecho tradicionales y que con
crisis o sin ella, con seguidores acérrimos o movimientos
“antis” van a seguir dándose como se venían dando, desde
hace muchos años.
MADRID SE LLEVA LA PALMA
Sin lugar a dudas es donde más festejos se dan a lo largo
del año y no sólo en la larga feria de San Isidro, con el
remate final de la feria de otoño, en las Ventas. No es así,
porque Madrid, taurinamente hablando, no es sólo la plaza de
las Ventas. Ahí tenemos Carabanchel, la antigua “chata”,
transformada en polideportivo, plaza de toros y Corte
Inglés.
Ahí tenemos también Leganés, Getafe, San Sebastián de los
Reyes, Colmenar Viejo y la mayoría de los pueblos de la
sierra, así como todos aquellos pueblos que en los últimos
cuarenta años pasaron de tener ocho o diez mil habitantes,
incluso menos, a tener por encima de los cien mil.
En todas las poblaciones madrileñas hay toros en sus fiestas
y cada vez con más fuerza, hasta el punto de que un “antes
pequeño pueblo”, Vademorillo, desde hace una veintena de
años ha pasado a ser la apertura de la temporada, no sólo de
Madrid, sino de toda España, en el mes de febrero, con frío
y a veces con nieve.
En estos espectáculos la Comunidad de Madrid, desde su plaza
de las Ventas se ha asentado como el punto central en la
seriedad y la defensa de la Fiesta Nacional
BARCELONA LLENÓ LA MONUMENTAL
A pesar de que Cataluña, por el morreo de una serie de “antis”,
ha bajado considerablemente en el número de festejos,
Barcelona sigue la tradición con su Plaza Monumental en la
que todos los años se dan más de una docena de corridas de
toros.
Hoy, en parte porque ciertas corrientes políticas, allí,
están poniendo todo tipo de zancadillas a esta cultura, que
pertenece por encima de todas las demás, a nuestras tierras,
Cataluña ha bajado en seguidores a la Fiesta de los Toros,
pero lo que no tiene en multitudes, o gran cantidad, sí lo
tiene en la calidad y conocimiento de esto, por parte de sus
seguidores, unos de los más entendidos de España.
Con todo esto, a favor y en contra, Barcelona ha podido
presumir este año de llenar a reventar la Monumental, las
veces que actuó José Tomás, batiéndose todos los records en
la rapidez con que se agotaron las localidades en sus
taquillas, y eso en un fin de semana normal, sin ser una
fiesta especial de nada.
Ahí, también, el diestro de Galapagar, volvió a demostrar
que él solo es capaz de llenar cualquier plaza, incluso la
Monumental de Barcelona.
LAS PRIMERAS FIGURAS
Generalmente han actuado en todas las grandes ferias y
únicamente José Tomás, por aquello de que ni quiere
televisión en directo, ni quiere batir records de
actuaciones, elige los lugares a los que va, sin recorrer
cada semana el país de Norte a Sur y de Este a Oeste.
José Tomás es la única de las figuras que torea lo que él
quiere y para su público, para los que pasan por la taquilla
del coso en el que actúa.
Las demás figuras, quien más quien menos, intentan sumar
cuantas más actuaciones mejor, con lo que tenemos una baraja
de ases que están en todos los mejores carteles, como Ponce,
el Juli, Manzanares, Castella, Perera, Morante ..., además
de esos otros que son reclamados por la prensa del corazón
como el Cordobés, a veces, o los hermanos Rivera Ordóñez,
tanto Francisco, como Cayetano.
A partir de aquí siguen unos cuantos buenos toreros que
rondan los cuarenta o cincuenta festejos por temporada,
tanto en plazas de pueblo como en mejores plazas, y dejando
de lado los que torean unas poquitas, tres o cuatro tardes,
hay un grupo que merecen una atención especial por ser los
que tienen que cargar con las corridas duras de verdad,
Padilla, Fundi, Valverde y algunos otros que se las tienen
que ver, casi siempre, con corridas de Miura, Partido de
Resina, Victorino, Dolores Aguirre..., con lo que eso trae
aparejado, de dos o tres cogidas, si es que no más, por
temporada.
NUEVAS FIGURAS
Pocas perspectivas hay de futuros toreros de los de verdad,
a partir de lo que se ve en los novilleros actuales. Y es
que recorriendo las actuaciones de los novilleros que
parecían apuntar a cambiar de categoría, nos encontramos con
que no hay ninguno, de verdad, que se vea como una figura en
ciernes, para saltar con posibilidades de éxito, a la élite
de la tauromaquia.
Sería una sorpresa que la temporada próxima viéramos alguna
figura en el escalafón de los matadores y que procediera de
los novilleros que tomaron la alternativa este año.
LAS GANADERÍAS
No se está viviendo el mejor momento de las ganaderías de
reses bravas. Hay muchos de los ganaderos de siempre que se
han acomodado a los gustos y preferencias de las primeras
figuras, con lo que están llevando la casta a la baja.
Los que han querido sacar sus toros con la casta de verdad
se han quedado con las camadas en la finca y como ya hay muy
pocos románticos de esta profesión, el que quiere y el que
no querría van preparando esos “toritos”, cómodos, el toro
tonto, para que triunfen las figuras, y sólo los
desheredados de la suerte se las tendrán que ver con
encastes duros como Cebada Gago, Miura, a veces Victorino,
casi nunca Valverde, Dolores Aguirre y muy pocos más.
Hoy se ha extendido demasiado el toro comercial, los
encastes Domecq, en todas sus variantes. Estos encastes son
los que más salen a las plazas y son los que más les gustan
a los toreros, aunque el gran público reniegue al ver que
pasa una feria y sigue otra sin que haya salido el
toro-toro.
Esto será, precisamente, y no las tres docenas de los
“antis” lo que puede dar al traste con la fiesta, si es que
no se pone remedio, desde ahora mismo.
Luces y sombras, gustos para cada uno, precios no aptos para
momentos de crisis, pero así y todo la fiesta de los toros
seguirá en nuestro país.
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