Y ello implica que, desde ahora
mismo, día antes o día después, sea necesaria la utilización
de un barco que transporte agua, desde el otro lado del
Estrecho, hasta Ceuta.
Muy lejos quedaba en la memoria, ya, aquello del barco con
el agua, desde Algeciras, como lejos queda, ya, que sólo
unas cuantas horas hubiera agua en los grifos para todos.
La naturaleza así lo ha querido, contra ella no se puede
hacer nada y, como después de la naturaleza el agua que, a
diario, corre por nuestros grifos procede, en una gran
parte, de la producida por una “maquinita”, en cuanto no ha
llovido lo que hacía falta y la máquina ha producido menos
de la que haría falta, el remedio está, no queda otro, en ir
en busca de esa agua al otro lado.
Allá por los finales de los años 70 y comienzos de los 80,
del pasado siglo, era tan constante y necesario el
transporte de agua desde la otra parte del estrecho, que dio
lugar, incluso, a que en algún momento, porque el barco no
debía estar preparado en perfectas condiciones, que el agua
llegó a Ceuta “condimentada” con gasoil o petróleo, en poca
cantidad, es cierto, pero así fue.
Esto ocurría con la primera alcaldía elegida ya
democráticamente, y las fuerzas vivas de aquel momento de la
ciudad, pusieron el grito en el cielo, porque aquello no
había ocurrido nunca.
Desde entonces, como dirían en mi pueblo, ya ha llovido
mucho, pero en los últimos meses, tan poca cantidad que,
cuando no llevamos ni un mes de otoño, hay que echar mano de
recursos complementarios para podernos duchar a diario,
igual que lo veníamos haciendo meses atrás.
Al final, y es lamentable, se están cumpliendo las
previsiones negativas, que preveían llegar a esto, haciendo
un seguimiento diario de las reservas, del consumo diario y
de las instalaciones.
Ahora, para cumplir estas carencias, hubo que recurrir a las
buenas relaciones de vecindad con Algeciras para, en un
lugar y en el otro, tener perfectamente preparadas las
instalaciones desde las que poder transportar el agua.
De momento, eso es posible, por muchas dificultades que
haya, seguiremos teniendo agua, aunque sea más cara, o eso
parece, pero la pregunta que se hacen y nos hacemos los
menos expertos en las cuestiones técnicas es si esa
potabilizadora o desaladora ha dado y está dando el
rendimiento que se esperaba de ella, o si los cálculos de
producción han fallado, “a la baja”.
Sea como fuera, en los momentos difíciles, en los problemas,
es cuando hay que saber dar soluciones, que luego vendrá el
momento, con el problema planteado ya resuelto, para hacer
un planteamiento distinto sobre ese problema, o sobre otros
similares que se nos presenten.
Las instalaciones de Ceuta – Algeciras, para estas
circunstancias, están y deben estar siempre dispuestas y
operativas, pero la solución continua no debe estar en esas
instalaciones, la solución, de una vez por todas, debe estar
en que cuando fallen las condiciones climatológicas, esa
“maquinita”, que tanto ha costado a los contribuyentes, sea
capaz de producir lo que se va a gastar, y si no puede
producirlo, se dice con claridad, y así sabremos que en
cuestión de agua, cuando no llueva lo suficiente, Ceuta
tendrá que recurrir a algo que, desde hacía tiempo, parecía
que habíamos solucionado, con verdadera solvencia, y que
aquellos transportes se habían convertido en simple historia
pasada ya hace tiempos.
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