En principio, un enfermo terminal hospitalizado requeriría
poco más de una habitación individual y una auxiliar de
enfermería para que le proporcione los cuidados básicos, el
tratamiento paliativo del dolor, evite su sufrimiento y
conozca los movimientos posturales adecuados. Las
facilidades para que la familia pueda permanecer todo el
tiempo que quiera junto al enfermo es otra de las
prestaciones que debería poseer una Unidad de Cuidados
Paliativos.
Ayer se celebraba el Dia Mundial de los Cuidados Paliativos
y Ceuta y, a juzgar por el informe divulgado por la Sociedad
Española de Cuidados Paliativos (Secpal), se encuentra en el
tan poco honroso ránking de estar entre las cinco
comunidades autónomas que no poseen programas públicos ni
dispositivos que permitan dar una buena cobertura en este
tipo de cuidados, junto con Melilla, la Comunidad
Valenciana, Castilla y León y Castilla-La Mancha.
La información de la Secpal es parcialmente cierta. En Ceuta
no existe, desde luego, ninguna unidad hospitalaria de
cuidados paliativos, pero sí existe un pequeño equipo en
convenio con la Ciudad Autónoma, la Asociación Española
contra el Cáncer y el Ingesa para prestar estos cuidados de
manera domiciliaria.
El doctor Julián Domínguez, durante muchos años miembro de
la Federación para la Defensa de la Sanidad Pública y ahora
portavoz en Ceuta del partido Unión, Progreso y Democracia (UPyD),
lleva años pidiendo desde ambas organizaciones la creación
de una Unidad de Cuidados Paliativos en unas instalaciones
para crónicos, como podría ser el ahora viejo Hospital de la
Cruz Roja.
Domínguez cree que la ratio adecuada de camas para enfermos
crónicos debe rondar el 0,05 por cada 100.000 habitantes. En
realidad, a Ceuta le bastaría con unas cinco o diez camas
para este menester, que deberían estar ubicadas, no
obstante, en hospitales de crónicos y no de agudos, con es
el nuevo centro de Loma Colmenar.
En realidad, para disponer de este hospital de crónicos
bastaría con dejar una cama por habitación en el inmueble
que la Cruz Roja tiene en el paseo de la Marina Española, lo
que supondría disponer de cuarenta habitaciones para
enfermos terminales, crónicos que deben entrar y salir muy a
menudo del hospital, y pacientes que precisen atención
psiquiátrica o padezcan alguna toxicomanía. “En Algeciras se
ha hecho así y ha dado muy buenos resultados”, indica este
médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.
En el conjunto de España, existen 417 dispositivos
específicamente dedicados a los cuidados paliativos. Uno de
cada cinco españoles o alguno de sus familiares está
sufriendo alguna enfermedad terminal.
Las comunidades autónomas donde más han aumentado los
dispositivos de cuidados paliativos entre 2004 y 2009 son
Galicia, que cuenta con 22 unidades, Murcia, con doce
equipos más, lo que supone un incremento del 400 por cien, y
Andalucía, que ha doblado la cifra con 24 nuevos recursos.
Con todo, la comunidad autónoma con mayor número de recursos
destinados a los cuidados paliativos es Cataluña, que cuenta
con un total de 135.
En Ceuta los cuidados paliativos del dolor se aplican de
manera domiciliaria o, si se precisa de ingreso, se aplican
como se pueden en el hospital de agudos. Es otra de las
grandes carencias de la ciudad en materia sanitaria y que
podría solucionarse, al igual que otros déficits, dando un
buen uso al Hospital de Cruz Roja, que será desalojado por
completo antes de que finalice el año y todos los servicios
se hayan trasladado a las instalaciones de Loma Colmenar.
De momento, la unidad de cuidados domiciliarios que funciona
bajo la dirección del doctor Pérez de Miguel hace su trabajo
como puede desde un pequeño despacho situado en el hospital
y una permanente relación con la Asociación Española contra
el Cáncer, que cuenta con muchos demandantes.
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