La credibilidad de los políticos
va perdiendo enteros con el paso del tiempo. El pueblo ese
que llaman “soberano” y que no es más que de garrafón y del
malo, cada día está más desengañado de la clase política y
eso se nota, paseando por la calle y parándose a hablar con
los ciudadanos, sean de la idea política que sean. Todos, a
excepción de unos pocos, cada día se muestra más reacios a
depositar su voto, porque no le ofrecen las garantías que
ellos creen les deben ofrecer.
Prueba inequívoca, de ello, es la cada vez es mayor
abstención a la hora de cualquiera de las elecciones en las
que hemos de acudir a las urnas a depositar nuestros votos.
Eso no es bueno para el sistema democrático y dice muy poco
en favor de la clase política.
Cuando llegó la democracia, hubo políticos que supieron
ilusionar al pueblo que de esa forma, todo ilusionado,
acudió masivamente a depositar sus votos en las urnas.
Adolfo Suárez, Felipe González y Aznar han sido los tres
presidentes democráticos, que más ilusión aportaron al
pueblo español, rodeándose de equipos de auténticos
políticos de talla, que llevaron a España a donde nuestro
país se merecía.
Quién duda de la talla política de Alfonso Guerra, Fernández
Ordóñez, - el mejor ministro de Asuntos Exteriores que ha
tenido España - Pimentel - aún no ha salido un ministro de
Trabajo que haya dado mejor talla que la suya – Rodrigo Rato
– hasta ahora no se ha encontrado a nadie que hay hecho
tanto por la economía española – Solbes, Jordi Sevilla y
tantos otros que haría interminable la lista de políticos de
talla insuperable que han estado en los diferentes gobiernos
de España.
Y uno, viendo los sustitutos, de todos ellos, en el ámbito
de la política nacional e incluso de la política local,
donde también han pasado al ostracismo hombre de talla
política se pregunta, dónde están todos ellos. Todos esos
hombres y mujeres, que con su bien hacer, elevaron a España
a altos puestos de la política internacional.
Todos ellos fueron capaces de ilusionar al pueblo español.
Ellos se marcharon dejando huella de su paso por los
distintos ministerios. Qué es lo qué esta pasando para qué
el pueblo español, cada día, tenga menos confianza y crea
menos en la clase política. Quizás sea porque los actuales,
no dan la talla que dieron los anteriores o por qué la clase
política no esta a la altura de ellos, que dejaron el listón
demasiado alto.
Sean las razones que sean, el pueblo español, cada día que
pasa, se siente más decepcionado con los actuales políticos
que conforman el panorama político español. Entren todos y
sálvese quien pueda.
Contemplado el panorama político actual, te lleva a hacer
compasiones con aquellos gobiernos y sus ministros, y aunque
las comparaciones sen odiosas, hay una gran diferencia.
Aquellos ilusionaban.
Estos, según el pueblo, te aburren hasta el extremo de ser
capaces de aumentar la abstención.
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