Llevo unos días con tanto ajetreo
que casi me olvido de mí mismo.
Entre las cosas que he tenido que hacer, y que tendré, está
la organización de diversos actos culturales y mediáticos
que me consume todo el posible tiempo libre del que
dispondría.
Ello me obliga a desatender algunas cosas, principalmente
las no vitales, de las que no tengo por qué disculparme en
absoluto.
Bueno… ¿Qué tal?, he venido escribiendo artículos de opinión
con críticas que han escandalizado a algunos y a otros se
les han puesto en su rostro esa sonrisa que se interpreta
como conmiseración.
Ya no necesito exponer más críticas contra los peperos.
Ellos solitos se lo montan y ya no necesitan un empujoncito
para darse a conocer.
Con el levantamiento de parte del secreto sumarial -que a su
vez levantará ampollas hasta en los más incrédulos- del caso
Gürtel, ya no tendré nada que decir. Está dicho todo.
Sólo me centraré en opinar de vez en cuando sobre la tenaz
postura de la cúpula pepera.
Tampoco me extraña que en sondeos vaya por delante el PP
porque estamos en el país de “La Escopeta Nacional”, como
tantas otras veces he escrito.
Soy africano no subsahariano, ceutí y caballa de por vida,
digan lo que digan en contrario, y como tal no me gustaría
sentir vergüenza ajena por si existen implicaciones
fraudulentas en nuestra ciudad, así que no vayamos
destapando casos perjudiciales para los ceutíes y se tenga
tiempo suficiente para arreglar los posibles entuertos que
supuestamente se hayan realizado.
Ceuta es otra cosa. Aunque esté gobernada por los peperos.
Otra cosa, fiaros de los contables siempre que no hagáis uso
de cajas B o similares. Nadie es fiel cuando se juega con
dinero envilecido.
Gastar dinero en cuatro jamones durante quince días de
campaña no es tanto como que hay que gastarse cinco kilos de
euros para pagar a la gente y además con folletos y jamones.
Lo malo está en el resto de capital… ¿Dónde va?
Al menos se favorece a la industria jamonera ¿no?
Vamos a ver a Aznar y su actuación en Europa. Su lema:
“Disciplina, reformas, liberalización, menos impuestos,
privatización” lo dice todo. Parece el lema de Joseph
Goebbels.
Un carpintero, pongamos por ejemplo, ¿puede hacerse
propietario de todo el bosque que le suministra la
madera?... con tantos árboles no verá a los llamados
domingueros, que acuden al campo para pasar el día. Ni verá
al zángano gamberrete que le prende fuego… luego pedirá
ayuda al Estado para apagarlo con lo que el embolse de
capital está asegurado y la sangría de la economía del país
será pandémica.
¿Así funcionaría el país con ese lema?
¿Cuándo se convencerán los señores liberales de que este
país carece de industria indígena, como no sea el turismo y
las naranjas, y que siempre dependemos de terceros con
potestad de mandar a la puta calle a trabajadores que no
hacen más que mantenerse vivos y con ellos a sus hijitos… a
toda su familia.
Machacar al resto del país para que unos señores se jubilen
con cantidades tan impresionantes que no les impiden
declarar que estamos sumidos en crisis económicas… no sigo
porque las barbaridades que podría escribir, y que mi propia
conciencia me aconseja no hacerlo, serían tantas que…
Bueno. Por hoy considero que me he cansado bastante dándole
al teclado para escribir lo que todo el mundo sabe o está
empezando a saber.
Ya sabéis que no me vanaglorio de acertar en mis opiniones,
pero… ¿quién sabe?
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