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OPINIÓN - JUEVES, 8 DE OCTUBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

El negocio de Baleària
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Cuando llegó esta naviera, hace poco tiempo, relativamente, algunos ingenuos como yo, pensábamos que era bueno, porque cuanta más competencia hubiera, tanto mejor saldríamos parados los que, en varias ocasiones, cruzamos el Estrecho.

No cabe la menor duda de que Baleària, que tiene una gran experiencia en otras rutas, tenía bien estudiado el terreno y lo que significaba cruzar el Estrecho de Gibraltar.

En principio actuaba, al menos aparentemente, en solitario, hasta que vistas las alianzas, o lo que sea, entre Euroferrys y Trasmediterránea, ella se alió, o lo que sea, con Buquebús, por lo que de, en apariencia, cuatro navieras, nos habíamos quedado, para casi todos los efectos con sólo dos.

Entre tanto y salvo aquel rollo que hubo, durante unos meses, entre Buquebús y un medio local escrito, los precios seguían igual, los servicios como un año antes y las atenciones al cliente, parecidas a cuando operaba alguna otra naviera ya desaparecida.

Y ahora, cuando ya hace un par de años Baleària se quedó con lo que era Buquebús, surge el gran problema, no para Baleària, sino para los trabajadores que, en su día, pertenecían a la naviera hispano-argentina, y que podrían verse desplazados, me supongo que por necesidades de trabajo, eso al menos se dirá, a Denia.

La jugada, dentro de la legalidad, puede ser perfecta para Baleària, por cuanto allí, es posible que, necesiten, al menos durante algunos meses del año, más trabajadores, pero para aquellos trabajadores asentados aquí o al otro lado del Estrecho, en Algeciras, será una auténtica faena tener que levantar su casa y marcharse a otro lugar.

Se habla de unos sesenta trabajadores en esa situación que, por aquello de necesidades de servicio, podrían estar sobrando aquí, con lo que, esto es cierto, no se les pone en la calle, pero sí se les pone en la tesitura de, o me voy de esta tierra, o me voy a la calle.

El ánimo de aquellos trabajadores, que empiezan a estar con pie y medio al otro lado del Estrecho, no puede ser muy optimista, aunque esto hay que tenerlo en cuenta, las empresas asentadas en varios sitios pueden, y de hecho lo hacen, cambiar de lugar a sus trabajadores, siempre que lo consideran más oportuno. La situación es dura, pero es así.

Otra cosa muy distinta es que ese personal, que perteneció a Buquebús, si ahora ya pertenece a Baleària, de hecho y de derecho, vea que mientras ellos tienen que abandonar su lugar de residencia, de siempre, haya otros recién llegados, y además extranjeros, se habla de rumanos, que por ser más baratos sean preferidos por la empresa.

Y eso de la oferta y la demanda, el caro y el barato, ya va siendo hora de que quienes arman tanto alboroto en otras circunstancias, en casos como estos den la cara, primero por los trabajadores que van a ser desplazados con un negocio rentable para la empresa, y en segundo lugar, por si eso de caro o barato está condicionado a los servicios que se hacen, haciendo más servicios los baratos, cosa que puede estar poniendo en peligro la seguridad de los clientes, o dicho en este caso, los viajeros que utilicen esa naviera, para hacer sus desplazamientos.

Un problema más de las navieras, con lo que me hago eco de lo que dije hace pocos días al hablar de otra de las navieras que cruzan el Estrecho, que en que pocas ocasiones podemos decir algo que sea totalmente positivo de alguna. Es lo que tenemos.
 

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