Hace treinta y tantos años,
estaban de moda unos huevos de adorno, eran unos huevos de
colores de marmol y se ponían en un centro de mesa y hacían
decorativa la mesa o algún rincón del salón, mira por donde
creo que en Estepona mi madre se encontró un huevo de esos,
envuelto en un papel de estrasa, y sin pensar en una bomba o
algo de entonces, buscó en Muebles Godino un recipiente de
adorno y le vino la mar de bien, . Con las crisis, el hambre
mundial y el G-20, los ecologistas y el Protocolo de Kioto,
está de moda tirarse huevos los dias de Apertura del Curso
Escolar, con la bienvenida de veteranos a noveles, en vez de
pensar en un bien común y hacer donativos de los huevos y
comidas a los inmigrantes del Ceti y demás calamidad
pública, aunque estos del Ceti, cuando la ultima
manifestación en la Plaza de Los Reyes, entre tumbos y
tumbos, preguntaban por los DVDs portatiles , los Ipod y los
mp3, o sea que crisis las justas...
El barrio se queja de los humos de Endesa, de los motores de
los autobuses, de la recién pintada fachada del garaje, con
maruan, yusef, tarke y yuness que han puesto la publicidad
estática con spray de grafity, con el dinero que vale el
spray, ay esta juventud, de los coches tuneados con la
musica a tope, ahora han puesto la moda de desmontar las
papeleras, ya han quemado una y también tirar huevos a las
tres de la mañana, cuando paso yo de venir de tomar una
copa. Es cosa de mala cabeza, estar a las tres de la mañana,
esperar a que pasen los ciudadanos y tirar un huevo que vale
unos cinco duros de antes, con la crisis y el hambre mundial
que hay, para que me suene como un botellazo que nos pareció
un atentado.
Hace unos seis años, el record guiness del barrio, está en
que tiraron un televisor por la ventana, justo donde juegan
los niños los partidos de futbol, lo que parecía una broma
de alguna derrota del Madrid o del Barcelona, fue un aputi
amma a las cuatro de la mañana, del marido contra la mujer y
abrió la ventana y tiró el televisor que reventó contra el
asfalto. En los comestibles del barrio, que son los centro
de inteligencia del Pentágono, se entera uno de todo, y por
las meadas nocturnas de algunas marias, se dió con la
ventana y por supuesto el bloque de donde cayó el televisor.
Al Sr. Mohamed Ali no le cuentan todo, no solo es el humo de
la central , ni los ruidos de los autobuses, hay que meter
bisturí en el tema social, de comportamientos , de
convivencia , de sentido común.
La frase graciosa y lógica del centro de mesa con los huevos
de colores, era que mientras veía yo un programa o una
película, me puse a darle vueltas a los huevos de marmol, mi
padre harto del ruido y del ajetreo, me espetó coño Javier
date vueltas a los tuyos... Pues eso el de la ventana que se
tire de ellos.
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