La estación depuradora que trata e impulsa a la red de
suministro todo el agua potable que se consume en la ciudad
no está bombeando ya más de 3.000 metros cúbicos diarios de
los recursos hídricos de la ciudad. Sus responsables
aseguran que hacía tiempo que no se alcanzaban niveles tan
bajos en el caudal de agua disponible y que el barco aljibe
será la solución inevitable si no llueve en pocos días.
La estación que depura las aguas de los embalses, los
manantiales de Benzú y la desaladora para impulsarla después
a la red de suministro de la ciudad aporta una imagen
indeleble de hasta dónde está llegando la última sequía en
Ceuta.
El jefe de planta, Cristóbal Torres, lo explicaba a EL
PUEBLO con cifras irrefutables: la depuradora no está
tratando más de 3.000 metros cúbicos de agua diaria, cuando
lo habitual, aunque siempre dependiendo de la demanda,
venían a ser los 10.000 metros cúbicos.
“El caudal disponible se está secando”, manifestó taxativo
Torres, quien mostró su confianza en que el anunciado barco
aljibe se encuentre en pocos días en Ceuta. Entonces tendrán
más trabajo, porque será agua de un pantano sin depurar, y
habrá que tratarla como agua potable y mezclarla con el
resto.
El agua que beben y utilizan del grifo los ceutíes es agua
depurada y mezclada de las tres fuentes arriba mencionada.
Así se convierte en apta para el consumo humano.
La estación, situada en la barriada de Postigo, lleva
cuarenta años funcionando en Ceuta, pero hace doce fue
objeto de una profunda remodelación y se la dotó de un
decantador al tiempo que se digitalizó toda la información.
En realidad, se trata de dos estaciones en una: la estación
depurada y la de impulsión a la red de suministro de la
ciudad.
Todo el agua que llega a la estación es objeto de un
tratamiento específico con hipoclorito sódico, sulfato de
aluminio, polielectrolito y cal que la hacen apta para el
consumo humano.
Los problemas con el caudal han obligado a tomar decisiones
inevitables. Así, Cristóbal Torres aseguró que ya se había
tenido que tocar un poco el límite de la reserva estratégica
de la ciudad, que tal como informaba este mismo periódico
anteayer, se encuentra ahora en los 180.000 metros cúbicos
de agua.
Ecosistema de pantano
Mantener una reserva estratégica es imprescindible, incluso
en épocas de sequía. De ella depende el ecosistema de los
pantanos y además asegura la capacidad de responder de las
instalaciones de la ciudad ante una emergencia. Por ello la
llegada del barco aljibe o de las lluvias resultan
perentorios.
Porque es cierto que los embalses del Renegado y del
Infierno aportan menos del 30 por ciento del agua que
consume la ciudad, pero la desaladora no puede sustituir su
caudal y ello hace inevitable la opción de importar agua.
desde la península.
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