Con el título de “una cuerdo
posible”, el Sr. Ministro de Educación, en fecha 14-06-09,
en página de un prestigioso diario de tirada nacional, hizo
un llamamiento a toda la sociedad, para un Pacto sobre
Educación. A su convocatoria, hasta el momento, han acudo
diecisiete personalidades de distintos campos, rectores,
profesores, banqueros, exministros, filósofos…
El Sr. Ministro se expresó así, en esta síntesis: “Es
indispensable un pacto social y político por la educación,
que permite conjugar los legítimos intereses encontrados, y
que piense nuestro presente y futuro como país, mostrando
con acciones nuestra convicciones… Hoy más que nunca, la
educación y la formación son el elemento vertebrador de la
cohesión social y del desarrollo, de la ciencia y de la
innovación, claves para el progreso... Es indispensable, si
queremos estar a la altura de las circunstancias, que
trabajamos juntos para alcanzar los consensos educativos
absolutamente necesarios para el desarrollo personal, la
cohesión social y el progreso de nuestro país. Pongámonos a
ello”.
Al leer la página, con pleno conocimiento de la realidad
existente en nuestro país, mostré mis dudas sobre la
posibilidad de llegar a un acuerdo entre todos los sectores
implicados en nuestra sociedad, en el tema de la educación.
En suma, me invadió el escepticismo.
Uno de los interesados en el tema fue el Presidente del
Partido Popular, que entre otras sugerencias me encontré con
ésta: “Quienes liquidaron la Ley de Calidad de la Enseñanza,
(LOCE), los mismo que han impuesto una asignatura de puro
adoctrinamiento, como la Educación para la Ciudadanía y son
incapaces de garantizar la libertad lingüística, deben
rectificar”. Lo que demuestra la oposición, por boca de su
máximo representante, que sólo en el caso de que haya
cesiones por parte del partido en el poder, habrá acuerdo.
Así de claro, por lo tanto, de pacto, nada.
La posición del Sr. Ministro es la de retar, en principio, a
todos los grupos parlamentarios a asumir el desafío de un
gran pacto político y social a favor de la educación.
Ya ha empezado por la Secretaría General del PP, estimando
su reunión de “altamente satisfactoria”, y añadiendo que
“por encima de nuestras legítimas consideraciones
ideológicas y políticas hay muchas cuestiones sobre las que
hay ya un acuerdo previo” (¿). Citó, además seis principios
básicos en los que centrar ese gran acuerdo: estabilidad
normativa, sistema educativo flexible, unión indisoluble de
equidad y calidad, importancia de la figura del profesor,
formación en lenguas extranjeras y modernización e
internacionalización de las universidades.
Se trata de alcanzar la “estabilidad normativa”, que supone
“mejorar la aplicación de las leyes actuales” no de crear
nuevas leyes. Advirtió, asimismo, que no se renunciará a
algunas conquistas sociales con la universalización de la
educación o el acceso a la misma en igualdad de
oportunidades. ¡Por favor, Sr. Ministro, no nuevas leyes!.
Ya que conviene recordar que la actual LOE sustituyó en 2006
a la LOCE, creada por el PP tres años antes. La LOCE fue
aprobada en 2003, pero no llegó a implantarse. El PP la
propuso para eliminar la LOGSE, en vigor desde 1995. La
LOGSE, ideada por el PSOE, alargó la educación obligatoria
hasta los 16 años. Antes de la LOGSE, se había aprobado la
LOECE (1980) y la LODE (1985), quedando anulada la EGB de
1970. ¡Demasiadas leyes! Y, de esos polvos, estos lodos.
El Sr. Ministro, también puso de manifiesto su disposición
al hablar del reconocimiento de la autoridad del profesor y
del refuerzo de su prestigio, cuestión que unos días antes,
la Sra. Presidenta de la Comunidad de Madrid, puso de
manifiesto. Y, por fin, una buena noticia para los docentes:
reanudar las negociaciones sobre el Estatuto de la Función
Docente.
El titular de Educación se ha dado un plazo hasta finales de
año para constatar la viabilidad de este pacto. Para tal
efecto se dispone ya de un documento base para empezar a
trabajar. Por parte del PP, la Secretaría General, su
intención es alcanzar un pacto “dotado de contenidos” que
implique “un gran cambio” de modelo. En definitiva, su
objetivo es fortalecer un sistema educativo común,
vertebrado y vertebrador, ampliar las libertades educativas
y elevar la calidad del sistema educativo”. Para ello
propone, entre otros aspectos, recuperar y fortalecer los
valores del esfuerzo y del mérito y promover una nueva
cultura de la evaluación y “hacer del profesorado el
principal protagonista de la mejora de la calidad de
educación”. (Como se ve nada nuevo por parte del PP. Sólo la
imposición de su LOCE. Por lo tanto más de lo mismo).
Conviene reiterar la recuperación de la autoridad del
docente. Es fundamental volver a aquello que funcionó bien,
ese binomio que formó maestros-padres. A los padres, en este
pacto también habrá que tenerlos muy presentes. Sin esa
relación familia-escuela, no saldremos nunca del atolladero
en que estamos metidos. Y en primer lugar la autoridad del
maestro, como diría el filósofo: “Aprender es posible sólo
cuando alguien -el que sabe- tenga un lugar simbólico cuya
preeminencia el otro -el que aprende- respeta, aun antes de
que una palabra sea dicha. Sin esa cesión, no hay saber ni
maestría que puedan ser transmitidos. Son las reglas del
juego en el cual cada sociedad se juega su ser. Sin la
autoridad del que sabe ante el que aprende, ningún
patrimonio anímico es transmisible”.
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