Hay siglos que no está uno para
nada. Resulta que me entero de que a un alto cargo del BBVA,
José Ignacio Goirigolzarri, le dan 52 millones de euros en
concepto de jubilación. No me lo pienso dos veces, me largo
a toda pastilla hasta el periódico para entrevistarme con el
gente del mismo, Ángel Muñoz, y proponerle que me hagan lo
mismo que al mencionado señor. Es más le hago la propuesta
que me conformo con el diez por ciento de la citada
cantidad. Pues nada, con toda esa rebaja que le he
realizado, me dice, como quien no quiere la cosa, que
naranja de la china. ¡Dita sean las cazuelas de papas en
amarillo, con la ilusión que me hacía esa jubilación!.
Pensándolo bien, con todo detenimiento, parte de ese dinero
me corresponde, teniendo en cuenta que le hemos dado a los
bancos, del dinero de todos los españoles, 58.500 millones
de euros. Para que sortearan la crisis.
Hay que reconocer que el mencionado señor, no pongo otra vez
el nombre porque es una jartá de largo, ha hecho una buena
labor. Mi padre también se dejó el alma a tiras trabajando,
echando más hora que un reloj y le quedó una miseria. Claro
que el banco de mí padre era diferente. Era un banco de
carpintero y nadie le dio un duro de todo el dinero público.
Ese que es de todos los españoles. La cantidad de hipotecas
que hubiésemos quitado con esos 58.500 millones de euros
entregados a los bancos. Y ni te cuento, serrana del alma,
si todo ese dinero que le han dado a este señor, el banco lo
hubiese empleado en salvar PYMES y puestos de trabajo, dando
líneas de crédito. Que razón tenía la sabia de mí abuela,
cuando decía “dinero, llama dinero”.
Y como las malas noticias nunca vienen solas, lloro a moco
tendido cuando me entero que en este año de gracia, porque
el año tiene una jarta de gracia, sus señorías no van a
recibir la cesta de navidad, que reciben cada año, cuando
llega la mencionada fiesta a este país laico.
Sufro lo que ustedes no se pueden imaginar, al enterarme de
la noticia. ¿Qué van a cenar, las criaturitas mías el día de
navidad, cuando no reciban la cesta?. ¿De dónde van a sacar,
con la crisis que tenemos, para poder comprar una paletilla
de buen jamón, una langosta, par de bogavantes, cordero
lechal, vino de Rioja, par de kilos de sígalas o de
percebe?.
A eso de quitarle la cesta de navidad no hay derecho. Es
más, qué explicación le van a dar a su familia, cuando le
pregunten por la mencionada cesta. Como cuentan con todo mi
apoyo para que se reconsidere el asunto, prometo que voy a
buscar firmas para que así sea y, este año, vuelvan a
recibir las cestas navideñas.
Por todos lo que no tienen, hago lo que sea necesario, demás
defiendo mis intereses que, en definitiva, también son los
intereses de un pobre. Si a sus señorías no les mandan las
cestas, a mi cómo me van a enviar, algunos amigos, la
botella de vino.
Lo dicho hay siglo que no estoy para nada. Le quitan la
cesta, total por aproximadamente unos setenta millones que
valen todas las que se entregan a sus señorías. No somos
nada.
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