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OPINIÓN - LUNES, 5 DE OCTUBRE DE 2009

 
OPINIÓN

El Profeta y la Virgen

Por Gonzalo Testa


La multiculturalidad de la población ceutí también es fácilmente perceptible en los volúmenes del Registro Civil que acumulan los nombres que los progenitores ponen en la ciudad autónoma a sus descendientes. El nombre más común entre los hombres españoles es Antonio (el 3,4% se llaman así), seguido de Jose (3,2%) y Manuel (2,9%). Entre las mujeres llevan María, sólo o compuesto, nada menos que el 27,3% de las españolas. La combinación preferida es María de Carmen (2,9%). Excluidos ambos, la más fácil de encontrar sería una Josefa (1,4%) o una Isabel (1,3%).

La tónica femenina se mantiene en Ceuta, donde los padres también se apuntan a ponerle el nombre de la Virgen a sus hijas: el 4,8% de las mujeres de la ciudad se llaman María o María del Carmen. A continuación aparece Fatima (2%) y Ana María (1,3%). África es el sexto más utilizado (1,2%).

Entre los varones la regla nacional no se aplica de manera tan equivalente en el terreno local. Entre la población masculina ceutí el nombre más común es, con mucha diferencia, el del Profeta musulmán. El 5,9% de los ceutíes se llaman Mohamed.

Por detrás aparece Antonio (3%), Manuel (2,6%), José (2,3%) y Francisco (2,3%).

Es, como no podía ser de otra manera, un asunto también de modas y de evolución sociológica y demográfica. En lo que va de siglo XXI la preeminencia de Mohamed va al alza. El 7% de los varones nacidos durante los últimos nueve años se llaman así. De más o menos, los siguientes más usados en este periodo han sido Ismael, Adam, Alejandro, Omar y Daniel. Antonio ni siquiera aparece entre los veinte más utilizados.

A María, sin llegar a tanto, le pasa otro tanto de lo mismo en Ceuta. Desde 2000 hasta 2008, último dato actualizado, la semana pasada, por el Instituto Nacional de Estadística, sólo el 2,2% de las nacidas se llaman como la Inmaculada.

Los nombres preferidos para las féminas en esta década han sido Salma (2,8%), Mariam y Sara. Carmen, Josefa e Isabel también han pasado al olvido.

A nivel nacional ha ocurrido algo parecido. Ni Antonios, que arrasaban en los años cincuenta y sesenta, ni Josés, el más usado en los treinta y los cuarenta. En el siglo XXI lo que se lleva en nuestro país es ponerle a los niños Alejandro, Daniel, Pablo, David, Adrián o Javier.

Las niñas sí mantienen las tradiciones. Desde hace 80 años sólo en la época de la Movida ha salido María (o María del Carmen) del primer puesto del ránking en lugar de Laura. En la primera década del siglo XXI María sigue siendo el más usado (3,7%), aunque le pisan los talones las Lucías (3,5%) y las Paulas (2,9%).
 

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