No se debía esperar mucho más y
los resultados, por consiguiente, fueron los previstos, a
tono con lo que la economía mandaba en un año como este.
Partiendo de ahí y partiendo, también, de que la crisis no
era para algunos sólo, sino para todos, el puerto de Ceuta
ha vuelto a ser en la OPE de este año 2009 el segundo puerto
español con más tránsito, naturalmente, tras Algeciras.
La Autoridad Portuaria de la Ciudad, en esta ocasión,
soportó de una manera más acusada, que a nivel nacional, el
recorte que, a lo largo del verano, ha experimentado en el
movimiento de pasajeros.
De una manera formal se ha dado por concluido, desde el
Comité Asesor de la OPE, este movimiento que se iniciaba a
mediados del mes de junio, con todo el despliegue que, al
igual que todos los años, trata de facilitar el tránsito de
los magrebíes, que residiendo en Europa, vienen en el verano
a sus lugares de origen, para pasar ahí sus vacaciones.
Una vez más, es lógico, Algeciras se llevó la palma en el
tránsito hacia el continente africano y, otra vez, Ceuta
volvió a ser el segundo puerto español con más movimiento.
El punto que hay que resaltar, por lo que indica en cuanto a
preparativos y efectividad de los mismos es que, el
dispositivo que se estableció, desde el primer día, ha
cumplido todos los objetivos previstos.
Y no debe extrañarnos esto, por cuanto la experiencia de
años y años hace que ya se conozcan, palmo a palmo, todos
los problemas que podrían surgir y, por eso mismo, antes de
que haya surgido el problema está la solución en marcha.
Esta imagen, que no suele encontrarse en algunas otras
fronteras, debe dejar a Ceuta en su justo lugar y debe
servir de base para un mejor conocimiento de nuestra forma
de actuar y de cómo se realizan aquí las cosas que necesitan
un esfuerzo especial o una imaginación.
Visto así, hay que resaltar dos aspectos claves para poder
vender esa imagen de una Ceuta abierta a todos y dispuesta a
que quienes llegan a su tierra se encuentren lo más cómodos
posible.
Así pues, hubo hasta la “suerte” de que no se produjeran
incidentes de consideración, además de que las medidas de
seguridad alternaron con la fluidez, especialmente, en el
tráfico marítimo.
El día a día de cualquier ceutí, en su quehacer diario, no
se ha visto afectado, en absoluto, por ese constante
movimiento, de cientos de transeúntes en marcha hacia la
frontera con Marruecos, o de la frontera de Marruecos hasta
el puerto de Ceuta.
Lo que no podía hacerse por parte de quienes han dirigido la
OPE era inventarse más pasajeros o más vehículos en
tránsito. Aquí llegó lo que llegó y se fueron los que se
tenían que ir, con el resultados de una disminución en Ceuta
por encima de la media nacional, en el embarque de
pasajeros: un 16,7% menos que el pasado año y un 20,8% menos
en el tránsito de vehículos.
A pesar de todo, las navieras , que nadie lo dude, hicieron
su “agosto”, por cuanto del 15 de junio al 15 de septiembre
han embarcado este verano 577.142 pasajeros y 139.856
vehículos. No hace falta ser doctor por Oxford para con una
simple multiplicación aproximarse a la caja de cualquiera de
las navieras.
Es lo que hubo, con flexibilidad, incluida, en el
intercambio de billetes, siempre que fue necesaria. Así es
mejor.
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