En el año 2000, el Consejo de la Unión Europea elaboró una
estrategia para responder a los principales retos a los que
debe hacer frente Europa: la mundialización, el cambio
demográfico y la economía del conocimiento. A dicha
estrategia se la denominó Estrategia de Lisboa. En ella se
estableció el ambicioso objetivo de convertir a la Unión
Europea en la «economía basada en el conocimiento más
competitiva y dinámica del mundo».
Para llegar a ser una sociedad del conocimiento, Europa
necesita mayor crecimiento económico, más y mejores puestos
de trabajo y una sociedad cohesionada.
Si queremos alcanzar estos objetivos, Europa necesita
mejorar sus resultados en el ámbito de la educación y la
formación, lo que significa que todos los europeos deben
tener oportunidad de adquirir conocimientos, aptitudes y
competencias a lo largo de su vida, lo que ha convertido a
la educación y a la formación en una importante motor
político.
En consecuencia, en el año 2001, los ministros de educación
acordaron por primera vez una estrategia común en materia de
educación y formación. Sus prioridades eran conseguir que
todos los europeos de todas las edades pudieran acceder al
aprendizaje, así como mejorar la calidad y la eficiencia de
la educación y la formación. Se decidió igualmente abrir los
sistemas de educación y formación al resto del mundo. A tal
fin, en 2002 se elaboró un programa de trabajo hasta 2010
conocido como Programa de trabajo «Educación y formación
2010». La educación y la formación en Europa debían
convertirse en un referente de calidad a escala mundial.
El Programa de trabajo «Educación y formación 2010» abarcó
un proceso que se inició en 1999 y cuya denominación fue
proceso de Bolonia. Su objetivo era reestructurar los
sistemas europeos de enseñanza superior con el fin de
hacerlos comparables y compatibles. El aprendizaje
permanente se convirtió en uno de los principales objetivos
del proceso de Bolonia.
Al reconocer su valor y su importante papel para alcanzar
los objetivos de Lisboa, los ministros, los interlocutores
sociales europeos y la Comisión Europea decidieron cooperar
estrechamente en materia de educación y formación
profesional. En la Declaración de Copenhague acordaron dotar
a la educación y formación profesional de mayor
transparencia y apertura y mejorar su calidad. El proceso de
Copenhague tiene por objeto facilitar el acceso al
aprendizaje permanente y fomentar la movilidad educativa,
profesional y geográfica.
Las actividades relacionadas con las políticas, descritas en
el Programa de trabajo «Educación y formación 2010» se
complementan con el Programa de aprendizaje permanente. Este
programa integrado fomenta la cooperación en todos los
sectores de la educación y la formación en el nivel de base.
Presta apoyo financiero a personas e instituciones para que
participen en miles de proyectos de cooperación cada año.
Estos proyectos permiten que los estudiantes, al igual que
los profesores e instructores, pasen un tiempo en una
institución o una empresa en el extranjero.
Podemos afirmar que se ha creado un marco coherente para la
cooperación en el ámbito de la educación y la formación
profesional.
El programa de Visitas de estudio congrega a un amplio
espectro de especialistas y responsables de educación y
formación con el fin de debatir e intercambiar experiencias
y conocimientos mutuos sobre la aplicación de las políticas
de aprendizaje permanente en sus países. Este intercambio
entre los que ejercen la responsabilidad de la educación y
la formación contribuye a una cooperación plurifacética
entre los Estados miembros y otros países participantes
(Islandia, Liechtenstein, Noruega y Turquía) en materia de
aprendizaje permanente, en el fin de alcanzar los objetivos
de Lisboa.
Las Visitas de estudio se enmarcan dentro del Programa de
aprendizaje permanente de la Unión Europea y nos permiten
adquirir nuevos conocimientos sobre el tema en torno al cual
se articula la visita y sobre los sistemas de educación y
formación de los países anfitriones (en este caso Alemania),
así como tomar conciencia de las nuevas tendencias y de las
evoluciones más recientes y establecer nuevos contactos.
Cada una de las visitas de estudio y el programa en su
totalidad contribuyen al logro de los objetivos de la
Estrategia de Lisboa en materia de crecimiento y de empleo y
de cooperación europea en el campo de la educación y la
formación.
He sido seleccionada para representar a España y a Ceuta en
una de estas visitas de estudio en la ciudad germana de
Berlín, en concreto, para tratar el aumento de la
empleabilidad en el sector social, especialmente en el
cuidado de los ancianos y discapacitados.
Durante la visita, tendré la ocasión de participar durante
un período de cinco días en un grupo integrado por nueve
colegas procedentes de varios países europeos (Gran Bretaña,
Eslovenia, Grecia, Portugal, Malta y por supuesto Alemania),
que representan diferentes sistemas de educación y formación
y con distintos antecedentes y perfiles profesionales. Me
reuniré asimismo con especialistas y responsables en materia
de educación y formación y visitaré instituciones y centros
educativos o de formación profesional en el país anfitrión.
Una visita de estudio no es un curso de formación: es una
experiencia de aprendizaje compartido. Mi asistencia no
tiene por objeto que me enseñen, sino aprender y compartir
conocimientos con otros colegas europeos, utilizando para
ello un idioma común: el inglés.
Trabajar conjuntamente en un grupo, reflexionar sobre
diversos aspectos de un tema, compartir puntos de vista,
descubrir otra manera de ver las cosas, resolver problemas
o, simplemente, analizar soluciones me hará sentirse miembro
integrante de un espacio europeo compartido.
* Profesora del Departamento de Sanidad del IES Almina de
Ceuta
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