He paseado por Barcelona, después
de hacer unas gestiones en el Ayuntamiento de la ciudad
condal, y… ya no estoy seguro de estar seguro en esta
ciudad.
Para empezar: tropiezo con una loseta partida, levantada
abruptamente en la acera de la calle por la que transité en
ese momento. No fui a parar al suelo porque pude agarrarme a
una seña de tráfico (prohibido aparcar) que se puso a
tremolar, la señal, con un característico tintineo metálico.
Sigo mi camino sorteando los obstáculos urbanos cual carrera
a campo través.
Me llego al mar, en autobús claro está dada las enormes
distancias de la gran ciudad, que dista la misma distancia
que desde el centro de Ceuta a Castillejos (no me resulta
fácil escribir el nombre de la ciudad marroquí).
Cuando paseo por la zona del Fórum observo un multitudinario
desfile de guardias de seguridad sin orden ni concierto.
Algo está pasando.
Está pasando que esa zona está siendo invadida por los
ladrones. Tal vez identificados con Alí Babá y los cuarenta.
Falsos policías que piden la documentación a turistas e
indígenas. Se marchan a toda velocidad sin devolver las
carteras ni mucho menos el dinero.
Todos los hoteles de la zona han sido atracados. Los
ladrones, Alí Babá incluido, no tienen papeles. Bueno, tiene
los papeles de los que roban.
El alcalde Hereu reclama 750 mossos d’esquadra más. En plena
crisis.
Entretanto, un consejero delegado bancario se jubila con una
pensión de 54 millones de euros, ¡la hostia rehostia!, y los
bancos, encima, perderán menos de lo previsto.
Sigue el asedio al PP por los casos de corrupción. Ahora
meten a las esposas de los sospechosos en el saco. Con
declaraciones de un militante “… que estos hablen de
corrupción es para que se te caigan los huevos”, ¡olé tus
ídem!
Así y todo, al fin Mariano Rajoy se ha decidido a advertir a
Camps: que sea contundente. Mientras la señora de Cospedal
mete la pata en referencia al 11-M.
Sobre el tema de los inmigrantes, la picaresca sigue tan
vigente como en los siglos pasados. Se va extendiendo el
fraude de la documentación falsa y de las ayudas para
tramitarlos.
Mala cosa, si se sigue este procedimiento, los inmigrantes
tomarán la revancha y saquearán a ciudadanos inocentes.
Porque no tienen derecho, según el Gobierno, los inmigrantes
sin papeles a ser compensados.
Lo malo de todo es que la mayoría de estafadores son
asimismo inmigrantes.
Empresas creadas por inmigrantes, sin ser dadas de alta en
ningún registro y sin tener el NIF, sacuden la manta de los
pobres inmigrantes ilegales ante la pasividad de las
autoridades.
Mientras halla dinero en la Seguridad Social estaré
tranquilo. Mi pensión no corre peligro, de momento, aunque
en agosto haya caído el superávit un 33%, como siga cayendo
y me quede sin pensión… no lo escribo.
Lo que el PP no puede, ni con escándalos por medio, para
ganar alguna que otra votación en el Congreso, lo puede la
gripe A. Están empezando a caer de sus escaños algunos
diputados socialistas infectados.
De momento los peperos encuentran un aliado en el virus
H1N1. ¿No habrán sido ellos los que lo han inoculado a
distancia?
Regreso de mi paseo. Me he cruzado con gente inmigrante en
cuyos ojos descubro un punto de desesperación. Trato de
cruzarme con ellos lo más lejos posible.
No es que tenga miedo a que me atraquen –no llevo nada- sino
porque desprenden un olor capaz de llevarme a la Unidad de
Cuidados Intensivos por atrofia y embotamiento de los
órganos olfativos. Se nota que no tienen ni una mísera
pastilla de jabón.
Bueno, a descansar.
|