Y a Ceuta llegó poca, con lo que
ese proyecto/realidad de volver a beber agua de barco no
pasará a mejor vida.
Todos los pronósticos nos trataban de convencer de que el
fin de semana sería tan pasado por agua, como fueron
aquellos dos días del pasado año, por estas mismas fechas.
Hacía y hace mucha falta que llegaran las lluvias, los
arroyos están totalmente secos y con la que ha caído,
únicamente, se ha mojado el terreno, lo demás, eso de
empezar a correr habrá que dejarlo para más adelante.
La alerta naranja, con la que nos habían asustado, dejó de
ser tal alerta en la mañana del domingo, la noche anterior
había llovido un poco, pero casi nada, para lo que se
necesitaba.
Lo que en otros momentos sería un “plus” en las necesidades,
en esta ocasión, con tan sólo 19 litros por metro cuadrado,
no significaba nada, y eso es lo que había caído en toda la
madrugada del domingo, en Ceuta, con lo que la alerta
naranja se había quedado, escasamente, en limón, por decir
algo.
Cuando hay quien habla de hasta once horas de lluvias
persistentes, tenemos que frotarnos los ojos, porque aquí,
salvo de madrugada, no ha llovido continuamente, en todo el
sábado, más de media hora y a intervalos, incluso, menos
minutos todavía.
Una vez más, los pronósticos que pueden servir para
Algeciras, La Línea, Cádiz o Sevilla, para Ceuta no han
servido, porque además de esos chaparrones que se alternaban
con ratos más claros, durante el sábado, en todo el fin de
semana, y eso que se había dicho que podrían caer hasta 50
litros por metro cuadrado en una hora, se quedó tan sólo en
34 litros, en todo el fin de semana.
En Ceuta es perder el tiempo mirar hacia los mapas del
Servicio Meteorológico, porque en menos del 2% de las veces
aciertan con lo que va a suceder, y para mí, aquí en
concreto, es más fiable la previsión que hace cualquiera de
los hombres de la mar, que siempre da en la diana, con sólo
detectar la dirección del viento, que lo que nos dicen desde
esos mapas tan bonitos y recargados con todo tipo de medios
modernos, pero que para este rincón no sirven.
No se solucionó, pues, el problema, cada vez más acuciante
del agua en Ceuta, con lo que o hay un coste del agua más
elevado que el de la gasolina o el vino, o Ceuta, tras años
con el servicio de agua permanente durante las 24 horas del
día, se puede ver metida, desde muy pronto, en las
restricciones, que tan poco gustan en ninguna parte.
Ya lo que nos faltaba, también restricciones en el agua, por
si no fueran suficientes las otras.
Y lo que no se acaba de digerir aquí es que, tras pregonar a
bombo y platillo que el agua no volvería a faltar aquí, por
la construcción y ampliación de la desaladora, ahora se
vuelva a esas restricciones.
Expertos debe haber en la casa madre para que den una
explicación, explicación que si viene de los técnicos y con
el dictado del político de turno no será creíble, pero si
esa explicación viene directamente de los superiores
políticos, todavía se creerá menos.
Un otoño lluvioso solucionaría, momentáneamente, el caso, un
otoño seco pondría en el disparadero a más de uno,
especialmente, porque el personal, cuando le tocan lo que
considera que le pertenece, no se aguanta y salta por donde
sea. Con dos fines de semana lluviosos de verdad habría una
primera solución, luego después, Dios dirá.
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