Pese a que la conferencia de Jordi Carbonell llevaba por
título ‘La Guerra de África vista por los pintores’, el
doctor en Historia del Arte prefirió centrarse en Mariano
Fortuny, que se diferenció del resto de artistas pictóricos,
que fueron enviados para ilustrar en los periódicos el
conflicto. En cambio, Fortuny, según explicó el ponente,
acudió con el objetivo de glorificar posteriormente la
guerra en una serie de cuadros, pero se vio “fascinado” por
el costumbrismo del norte de África, por lo cual gracias a
los dibujos que tomó en forma de apuntes se puede ver una
crónica gráfica de aquel envite hispano-marroquí.
Carbonell, conservador del Museo Nacional de Arte de
Cataluña, cerró ayer el segundo día de conferencias de las
Jornadas de Historia del Arte hablando de la obra de Mariano
Fortuny en la Guerra de África, ya que “en definitiva es el
pintor español más interesante y trascendente del siglo XIX”,
a su juicio.
El profesor titular de Historia del Arte en la Universidad
de Barcelona y en la Rovira i Virgili realizó un itinerario
por los dibujos de Fortuny en la campaña de África, obra
gráfica diferente a la del resto de artistas pictóricos
enviados al conflicto, cuya función, en su mayoría, fue
ilustrar las crónicas periodísticas de la época.
“El caso de Fortuny es distinto, porque tiene un encargo
para realizar una serie de cuadros glorificadores, que
reflejasen el éxito castrense español en la la Guerra de
África”, explicó Carbonell, motivo por el cual el pintor de
Reus realizó cerca de dos centenares de dibujos para luego
componer las pinturas en su taller de Roma.
El ponente, que dirige actualmente el grupo de investigación
Del colonialismo al mundo global, indicó que “aunque muchos
de estos dibujos eran apuntes, muchos reflejan las batallas
y la vida cotidiana de esos días en Tetuán y los
alrededores”.
De esta forma, “sin querer”, advirtió Carbonell, “estos
dibujos son una especie de crónica gráfica y un itinerario
del pintor a través de los hechos bélicos”.
“A Fortuny no le gusta en absoluto pintar batallas, pero en
cambio lo que sí le fascinó y en lo que se fijó fue en la
vida árabe”, comentó, fascinación que posteriormente le
llevaría a realizar sus cuadros orientalistas inspirados en
la vida musulmana, los cuales “tuvieron fama internacional y
marcaron la pauta del orientalismo pictórico del último
tercio del siglo XIX”.
El resultado de todos esos apuntes fueron dos cuadros, pero
principalmente La batalla de Tetuán, de “dimensiones
enormes” y que descansa en las paredes del Museo Nacional de
Arte de Cataluña, en Barcelona.
“Se trata de un cuadro glorificador, por lo que hay muchos
detalles imaginarios y manipulación retórica”, pese a la
cual la apariencia del lienzo logró ser de “un gran
realismo” y “con un planteamiento de modernidad sin
precedentes”.
En cuanto a los cerca de doscientos dibujos que Fortuny
realizó, este especialista que ha sido comisario de varias
exposiciones, desveló que se conservan en los museos de
Castres, Nacional de Arte de Cataluña, Salvador Vilaseca de
Reus y Víctor Balaguer de Vilanova y en una serie de
colecciones particulares.
|